Incontinencia urinaria: hay que quitarse la vergüenza y tratarla con respaldo médico
La incontinencia urinaria es un padecimiento que afecta comúnmente a personas de la tercera edad; sin embargo, los hombres y mujeres adultos de menos de 40 años también pueden llegar a presentarla.
Se estima que cerca de la mitad de la población de mujeres en México, padecerá alguna vez en su vida uno de los tres tipos de incontinencia: esfuerzo, urgencia o combinada.
El Dr. Arturo García Mora, Especialista en Urología Funcional, Reconstructiva, Urodinamia y Neurourología, mencionó “que la incontinencia Urinaria es un problema de salud no abordado tan abiertamente o puesto en la mesa por quienes la padecen. Incluso actualmente no hay la suficiente información que pueda respaldar la importancia de este padecimiento en México”.
La incontinencia afecta a mujeres desde etapas productivas, mermando considerablemente su calidad de vida.
Según datos del Instituto Nacional de Geriatría (INGER), se estima que existen más de 200 millones de individuos en el mundo que tienen problemas asociados a la incontinencia urinaria.
Entre los principales factores de riesgo para sufrir incontinencia urinaria está la edad, pero también: la obesidad, la diabetes, demencia y otras causas.
En México, no existen datos sólidos sobre esta condición, sin embargo, en diversos estudios realizados en poblaciones específicas, se reporta que tiene una prevalencia que varía entre el 13.6 y 48 por ciento.
Tratamiento adecuado para cada paciente
La incontinencia urinaria afecta más a las mujeres y su prevalencia suele incrementarse con la edad en detrimento de la calidad de vida.
“La incontinencia urinaria es tratable. Resulta importante tomar el tema con la seriedad y con la naturalidad con la que se habla de otros padecimientos, con el debido respaldo médico y con la opción de tratamiento adecuada para cada paciente”, agregó el Dr. García Mora.
Innovaciones en el tratamiento
La neuromodulación sacra es una terapia para modular y restaurar los reflejos espinales que tienen influencia sobre la micción y evacuación.
Actualmente, existen múltiples indicaciones aprobadas para su implementación. Se trata, básicamente, de un pequeño dispositivo médico del tamaño de un cronómetro que se implanta en forma quirúrgica para modular los nervios sacros con impulsos eléctricos suaves.
Neuromodulación sacra
Una de las más importantes ventajas de la neuromodulación sacra es que el paciente puede realizar una prueba para determinar si será efectivo en su caso y sólo si esa prueba es positiva se realiza el implante posterior. Además, el paciente comanda el dispositivo -que puede apagarse- y es reversible, ya que se puede remover con una simple intervención.
García Mora indicó que la neuromodulación sacra permite que el sistema nervioso recobre el control sobre los mecanismos que comandan la micción y la evacuación. “Su efectividad supera el 50% en casos de incontinencia urinaria y un 75% en incontinencia fecal, tanto que algunos especialistas creen que debería considerársela la primera opción para tratar esta última”.
Un trastorno al que se le presta poca importancia
La incontinencia urinaria no representa una amenaza directa para la vida. Sin embargo, afecta de manera importante la calidad y de igual forma, representa importantes costos directos e indirectos en materia de salud. “A pesar de su impacto, se le presta poca importancia y no se indaga de manera dirigida durante la consulta médica”, finalizó el Dr. García Mora.
Sólo 1 de cada 12 personas busca consejo médico debido a la incomodidad y vergüenza que provoca, pero las mujeres demoran un promedio de 6 años y medio, mientras que los varones de 4 años y 2 meses en consultar.
No hay diagnóstico oportuno
Tomando en cuenta el envejecimiento progresivo que se observa en la población mexicana y su relación con el desarrollo de incontinencia urinaria es relevante reconocer que del 50% al 70% de las personas incontinentes no busca un diagnóstico.
Y es que, además, los médicos de atención primaria no dirigen el interrogatorio hacia esta patología que como ya se mencionó, conlleva a una significativa restricción de la autonomía, alteración del sueño, limitaciones para realizar cierto tipo de actividades y aislamiento social en el paciente.
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