Por su anatomía, las mujeres nacen con la capacidad de ser madres; ellas son las encargadas de preservar al género humano y por ello, desde muy pequeñas tienen como uno de sus grandes objetivos de plan de vida, el ser madres.
La mayoría de ellas al crecer y comenzar a tener una vida en pareja, además de encontrar su realización profesional, buscan engendrar un hijo como muestra del amor que existe en su familia.
Desafortunadamente, no todas logran este sueño de forma natural y sin ayuda profesional, explica la Dra. Socorro González, medico ginecóloga y especialista en Biología de la Reproducción. Cuando este problema se presenta se dice que sufre de infertilidad, que es la incapacidad de embazarse después de un año de mantener relaciones sexuales sin usar métodos anticonceptivos.
La infertilidad puede estar asociada a problemas de infecciones pélvicas crónicas o a repetición, enfermedades hereditarias, coagulopatias, alteraciones anatómicas uterinas, alteraciones inmunológicas, infecciosas o incluso antecedentes de cirugías pélvicas previas.
Hoy día se calcula que 15 por ciento de la población mundial presenta problemas de infertilidad, pero este porcentaje se incrementará en los siguientes 10 años debido al retraso de la maternidad en las mujeres, dice la especialista.
Entre los factores que incrementan estas cifras destacan el sedentarismo, obesidad, infecciones pélvicas crónicas, endometriosis y algunos vicios como el tabaquismo, alcoholismo y consumo de sustancias psicoactivas. El futuro no se ve muy alentador.
¿Cómo puedo lograr un embarazo exitoso?
De acuerdo con los especialistas, las probabilidades de embarazo son de un 10 a 15 por ciento en parejas sanas, pero a medida que aumenta la edad de la mujer, sus probabilidades disminuirán con un ciclo natural requiriendo tratamientos de reproducción asistida.
Para saber si una mujer es candidata a algún tratamiento de reproducción asistida, debe realizarse una valoración completa por un especialista en fertilidad, quien determinará si hay o no la necesidad de un tratamiento, dependiendo de su historia clínica y hallazgos.
Durante la IV edición de la Expofertilidad 2011 en la Ciudad de México, se explicaron que las técnicas de reproducción se dividen en baja y alta complejidad. Los tratamientos denominados de baja complejidad son coitos programados, estimulación de ovulación, inseminaciones intrauterinas autólogas y heterólogas; mientras que los tratamientos de alta complejidad son la fertilización in Vitro- ICSI (inyección intracitoplasmática de espermatozoides), Ovodonación, Diagnóstico Genético Preimplantatorio, Sorting, Hatching asistido.
La efectividad de cada procedimiento depende de diferentes variables como la edad de la paciente, si hay o no factor masculino, tipo de protocolo de estimulación ovárica y tratamientos previos de las pacientes.
Información proporcionada por INGENES
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