Un punto vital del empoderamiento femenino y equidad de género, es la toma de decisiones de la mujer en su vida reproductiva y planes de desarrollo. Sin duda, el uso de métodos anticonceptivos, desde la selección de éste hasta elegir o no tener hijos, está en manos de cada mujer. Así que hablemos del empoderamiento, igualdad de género y anticoncepción, en el Día Internacional de la Mujer.
Comencemos por situar cuando fue la primera vez que se tocaron estos términos, lo cual sucedió durante la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer en Beijing (1995), en la cual se asentó un plan estratégico y necesario para el progreso y bienestar femenino. Hoy las mujeres tienen control sobre recursos materiales e intelectuales, participan en forma activa en los ámbitos públicos, sociales y privados:- Compitiendo.
- Tomando decisiones.
- Participando activamente.
En México estos conceptos cobraron eco cerca del año 2000, y desde hace 10 años las mujeres cuentan con cargos públicos en el Congreso y en el Senado. ONU Mujeres habla de una cuota de género 50-50, para alcanzar una justa participación de las mujeres en la política, economía y negocios.
¿Y qué hay de la sexualidad de las mujeres? Uno de los sucesos más importantes a raíz del empoderamiento de las mujeres fue el uso de métodos anticonceptivos, donde la mujer decide en qué momento tener hijos, el espaciamiento de los mismos, si desea tenerlos con una pareja o ser madre soltera.
Así, la selección de métodos anticonceptivos y la planificación familiar llegó para que las mujeres tomen decisiones de acuerdo con sus condiciones educativas, profesionales y sociales, lo que da pauta a poder manejar su sexualidad y, si las condiciones no son lo más óptimas, espaciar la maternidad o limitar en un momento dado su fertilidad.
En México está estipulado que todas las mujeres deben tener derecho a salud sexual y reproductiva y en general sabemos que la población utiliza algún método anticonceptivo.
En este aspecto, hemos tenido un significativo avance, en la década de los 70, el 40% de las mujeres usaban anticonceptivos; actualmente tenemos cifras por arriba del 70%, aunque falta hacer más difusión particularmente en algunos grupos como sería la población adolescente.
Sobre los métodos anticonceptivos, la gama es basta y todos se encuentran en nuestro país, estos son:
- hormonales,
- inyectables,
- orales,
- implante subdérmico,
- dispositivos
- y métodos quirúrgicos.
Así mismo contamos con la gran ventaja de obtenerlos gratuitamente a población abierta en diferentes instituciones, como: Secretaría de Salud, Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) y en general en todo el Sistema de Salud, donde hay accesibilidad a todos estos métodos anticonceptivos.
Desde hace algunos años la tendencia es utilizar métodos anticonceptivos considerados de larga duración (LARC´s), como el implante, una sola varilla de 4 cm como un cerillo, que el médico coloca debajo de la piel (subdérmico) en el antebrazo de la usuaria y ofrece protección por tres años, o los dispositivos intrauterinos.
El incremento en el uso de LARC´s se debe principalmente a factores como:
- Discreción. Se colocan en el antebrazo, en el caso del implante; o en el útero, en el caso de los dispositivos.
- Efectividad. Tienen el más alto grado de eficacia para evitar embarazos.
- Larga duración. Tres años para el caso del implante y 5 años para el DIU.
- Apego. No son de toma diaria y son fáciles de usar, tras su colocación, no requieren de ninguna otra acción por parte de las usuarias.
- Reversible. En el momento en que se desee un embarazo, se retiran y regresa la fertilidad.
Los anticonceptivos en la actualidad permiten a la mujer planificar la familia que desea tener, y con ello ofrecerle la oportunidad de incrementar su educación y aumentar su participación en la vida pública, incluyendo el empleo remunerado en las organizaciones no familiares, así como alcanzar el desarrollo profesional deseado.
Este Día Internacional de la Mujer, revisemos los derechos que como mujeres tenemos y que invitan a disfrutar de una sexualidad sin riesgos, al placer físico y emocional, a la elección del número de hijos, a la protección de la maternidad, y sobre todo a vivir plenamente como mujeres.