Te presento a… ¡Tu vagina!

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Educación sexual

Parecería que hablar de la vagina es algo ordinario, pero no, a muchas todavía nos cuesta enfrentarnos a esa palabra; lo peor es que hasta nos da pena cuando tenemos que hacer alguna pregunta a nuestro médico.

¿Qué es la vagina? Las que nacemos mujeres, sabemos que es ese órgano que está en nuestro interior, entre las piernas; por el que saldrán los bebés, pero antes, es un medio para sentir placer.
Hablar de ella como de algo aparte, podría hacernos caer en el error de reducir nuestra visión, no sólo de la salud, si no de nuestra condición de mujeres. Recordemos que somos un todo, seres integrales: brazos, piernas, cerebro, brazos, torso y vagina, no sólo somos genitales. “Hablar de ella de manera individual suena a una mujer fragmentada, es parte de un todo, además no debemos olvidarnos del valor erótico que tiene”, expresa la Dra. Mercedes Ballesté, ginecóloga y directora del Sanatorio Vista Alegre.

¿Qué es eso veo?

La vagina es parte de nuestro aparato reproductor, va desde los labios menores hasta la entrada del útero. Es un conducto con pliegues, alargado, cubierto de mucosa. Lo que se ve por fuera, los labios mayores, es conocido como vulva.

Puede llegar a medir desde 8/ a 11 cm, hasta 13 cm de longitud, dependiendo si se es alta o más bajita. A veces se percibe más chica con el tiempo, si no hay una lubricación correcta, pierde elasticidad y da esa sensación. Lo cierto es que es lo suficientemente elástica como para que un bebé salga, y un pene entre durante las relaciones sexuales”, comenta.

Tiene la propiedad de alargarse y ensancharse según se necesita. “A mí me gusta decir que la vagina no es penetrada, ella toma lo que quiere; porque bien puede cerrarse para no permitir la entrada de nada. Abraza, cubre. Si la mujer tiene miedo se obstruye; si alguien nos gusta, se abre, lubrica”, indica la Dra. Alma Aldana, psicoterapeuta sexual y de pareja, miembro de la Federación Mexicana de Educación Sexual y Sexología, y de la Asociación Mundial de Sexología.

El himen es un elemento tabú de la vagina, del que siempre se habla porque se le relaciona con la virginidad. Existen muchos mitos alrededor de él; se cree que es una capa que cierra por completo la entrada de la vagina, que cuando se tiene relaciones por primera vez, se rompe. Pero nuestra vagina siempre está abierta desde que nacemos. “Se dice que es una cavidad virtual porque las paredes están muy juntas”.

El himen, colocado en el borde de la entrada de la vagina, puede ser o no, elástico. Si es flexible, durante la primera relación sexual no se sangra; si no, es posible que sí haya presencia de este líquido, porque se rompe. Esto depende de qué tanto se estire durante esa relación inicial; se debe tener mucha consideración y cuidado para que no haya dolor.

Lubricación

La lubricación vaginal es un mecanismo que sucede con el objeto de mantenerla en condiciones óptimas para defenderse de bacterias y para estar en lista para la penetración en las relaciones sexuales. “La lubricación viene desde el cuello del útero y llega a la vagina, también hay algunas glándulas en las paredes vaginales que producen secreción para cumplir las mismas funciones”, explica el Dr. Gallo Olvera, ginecólogo, miembro de la Asociación Mexicana para el Estudio del Climaterio, AMEC.

Sucede también cuando hay excitación sexual, cuando ya no se presenta de manera natural y suficiente puede deberse a la falta de producción hormonal durante el climaterio y menopausia. Lo que puede mejorar con la utilización de terapia hormonal en gel o estimular la producción vía oral, también los hay no hormonales que facilitan la interacción de pareja.

Bella, velluda y protegida

El vello en los genitales está ubicado en los labios mayores y en el “monte de venus”. No está ahí “de gratis”, funciona como barrera de protección para mantener la entrada de la vagina y la propia vagina, a salvo de los cambios de temperatura, de acidez y en la flora. “Los ginecólogos no recomendamos estas nuevas modas de depilado extremo o total, porque se considera que el vello es parte normal y esencial de la anatomía de una mujer.”

Todavía no se sabe si las que se depilan al 100 por ciento tienen un impacto en su salud. Lo cierto es que se deben sentir cómodas al ver sus genitales, pero deben tener cuidado con los tratamientos definitivos porque a veces llegan pacientes con procesos inflamatorios. No está prohibido pero sí deben tener cuidado”, asegura.

¿Cómo sé si mi “flujito” es malo?

Tener flujo es normal. De hecho es un indicador de que ovulamos, cuando es transparente, se toca quedan como hilos en los dedos y es inoloro. Debemos estar pendientes porque cuando comienza a tener un olor desagradable, es amarillo o verde (como moco de gripa), permanece durante todo el mes, se siente comezón o ardor, puede ser un proceso resultado de infeccioso, y hay que acudir al médico.

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Debemos aprender a conocer nuestros fluidos vaginales, a ver nuestra menstruación, su olor, cómo se siente. Si una mujer conoce sus fluidos entonces sabe identificar cuando algo anda mal”, agrega la Dra. Ballesté.

El PH se puede modificar por muchas razones, se puede hacer más dulce, es muy común y provocar molestias. “La mujer misma se produce esto, por estrés, por no dormir bien, usar antibióticos, entre otras. Una mujer con diabetes es más propensa a infectarse. Deben estar alerta ante la presencia de ardor, comezón o ‘picazón’ y los cambios en el flujo” asegura la Dra. Aldana.

Alza tu escudo contra las bacterias enemigas

Tip’s para proteger tu vagina:

  1. Para evitar infecciones de transmisión sexual debes ser selectiva, y por qué no acudir con tu pareja a les realicen exámenes de todo, y así poder estar tranquilos a la hora de tener relaciones sexuales. Y aunque sea con una pareja estable, no te olvides del uso del preservativo.
  2. Procura hacer de “aguilita” en los baños públicos. No te sientes en la taza, flexiona las piernas y colócate a unos 30 centímetros de ella.
  3. Lávate las manos antes y después de ir al baño.
  4. Ten especial cuidado cuando acudas a baños o a lugares en los que haya mucha concentración de personas.
  5. Olvídate de las duchas vaginales pues éstas eliminan la flora natural y disminuye las defensas. Tu vagina está limpia a menos de que tengas alguna infección.
  6. No laves la vagina, no le introduzcas jabón ni el dedo. Lo que se debe lavar con agua y jabón es sólo la vulva, la parte externa.
  7. No uses tangas, pantiprotectores de manera continua o pantalones muy apretados.
  8. Procura que tus prendas íntimas sean de algodón.
  9. Cambia la toalla sanitaria y tampón cada tres horas.

Las infecciones

La propia anatomía de la vagina hace que seamos más propensas que los hombres a las infecciones, ya que es más probable que se queden bacterias en la parte profunda o en las paredes vaginales. “Es importante mencionar que tenemos una flora de protección en la vagina que aparece a medida que maduramos, producimos lactobacilos que nos ayudan a prevenir las infecciones. Las niñas son más propensas a adquirir infecciones porque sus tejidos no están maduros no tienen esa cubierta” explica la Dra. Ballesté.

Las mujeres jóvenes que no están bien preparadas, se pueden enfrentar a relaciones sexuales en las que se presentan pequeños traumatismos o desgarros, por lo que la posibilidad de infectarse aumenta. Por eso y por falta de madurez mental, no se recomiendan las relaciones sexuales tempranas.

¿Cuáles son las infecciones más comunes?

  • Virus: Virus del Papiloma Humano (VPH), Virus de Inmunodeficiencia Adquirida (VIH) y herpes.
  • Bacterias: Clamidia, gonorrea, tricomonas, sífilis.
  • Hongos: Candida.

Verrugas y VPH

Las verrugas son las lesiones externas que se producen cuando una mujer tiene una infección por el Virus del Papiloma Humano (VPH), de los que existen muchos subtipos. Algunos de ellos producen esas verrugas, que son lesiones que crecen hacia afuera en la zona alrededor del ano. “Es esencial que visiten al médico porque es una infección que debe ser tratada, se debe revisar además si existe la presencia de otras Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS). Las otras lesiones que produce este virus, son las premalignas de cáncer cervicouterino, pero ese no se ve desde afuera, se detecta a través de un examen profesional llamado colposcopia.

De no detectar la presencia de este tipo, se puede recurrir a la aplicación de la vacuna cuatrivalente, que protege contra dos tipos de virus que producen las verrugas, y con otros dos tipos, que aumentan la incidencia del cáncer cervicouterino”, puntualiza el Dr. Gallo.

La prevención es esencial, en este aspecto se enfoca en tener una sexualidad protegida e inteligente, usando métodos de barrera, condón femenino o masculino, aún con nuestra pareja estable. “Si ya se tiene no se puede aplicar la vacuna, no se pueden desaparecer las manifestaciones. Sigue latente, se va a tener que dar un seguimiento para evitar que se presenten esas lesiones premalignas en el cuello del útero. Se deberán estar haciendo colposcopias de manera rutinaria, al menos cada 6 meses, para detectar rápidamente algún cambio.”
Las verrugas genitales son el tipo de VPH más benigno, pertenecen a las sepas 6 y 11. No se curan, se mantienen controladas porque si no producen lesiones.

Vaginosis

Es una infección vaginal producida por gardnerella. Se caracteriza por la presencia de flujo de color amarillo o blanco, que tiene un olor parecido al del pescado, se siente comezón y ardor. Es muy frecuente, de hecho es de los primeros motivos de consulta. Generalmente se trata con pomadas, óvulos, a ellas y a sus parejas.

Lo ideal es no automedicarse, es mejor acudir con el médico quien debe verificar que en efecto se trate de este tipo de infección.

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La vulva se lava con agua y jabón nada más. Se debe hacer de esta forma desde que somos pequeñas hasta que alcanzamos la madurez. No se debe introducir ninguna sustancia. Cuando comenzamos a menstruar, debemos tener cuidado de limpiarla bien cuando vamos al baño, al lavarnos o cambiarnos la toalla sanitaria. A las niñas es importante enseñarlas desde pequeñas, sin pena, cómo se deben de limpiar al ir al baño.

La manera correcta de limpiarnos al ir al baño es de adelante hacia atrás, para evitar que las bacterias del ano contaminen la vulva. Si únicamente haces pipí, entonces sólo limpia esa zona en particular. “La orina no es sucia, pero es importante que no se quede ahí si después usamos pantaletas o un pantiprotector, porque entonces sí se crea un ambiente propicio para el desarrollo de alguna infección”, comenta la Dra. Ballesté.

El tampón es un caso especial porque en el mercado no hay ninguno que sea cien por ciento algodón, y el hecho de que lo tengamos por largo tiempo en la vagina, puede ser un reservorio de bacterias. Es importante que busquen alguna opción que tenga un buen porcentaje de algodón.”

El uso de los pantiprotectores puede ser engañoso, no son un recurso permanente ya que puedes quedar expuesta a infecciones al no estar pendiente de tus fluidos.

¿Y después de las relaciones sexuales?

Si se llevan a cabo de manera segura, entonces no tienen por qué ser sucias. Lo recomendable es el aseo normal para sentirnos cómodas, pero nada vaginal. Puedes:

  • Usar una toallita húmeda para limpiar la vulva.
  • Lavar la parte externa con jabón neutro.
  • Usar una “regadera de teléfono” sólo para darte una “pasadita por fuera”.

¡La vagina más fuerte del mundo!

Un gran mito es que después de un parto normal, vaginal, los tejidos quedan “aguados”. Lo cierto es que si se trata de un parto delicado, con tiempo, sin brusquedad, hay muchas probabilidades de que la vagina regrese a su tono anterior. En la medida en que hay más distensión, es decir que se tiene que abrir más por un bebé más grande, o si se realiza algún corte (episiotomía), a veces sí cambia su forma; también si los partos son muchos.

Para ello hay que entrenar a la vagina, realizar ejercicios que la hagan fuerte, que la tonifiquen. Estos deben proveerla de elasticidad, para cuando se tenga que abrir para dar paso a un bebé y para que después regrese a su forma normal.

La incontinencia urinaria es un padecimiento frecuente en las mujeres, que consiste en la liberación involuntaria de orina. Se puede presentar por procesos infecciosos o por partos mal cuidados.

Ejercicios de Kegel

Aprieta y afloja la vagina de forma conciente y constante. Puedes hacerlo durante todo el día y mientras realizas cualquier actividad.

Elixir de la vida, fuente de placer

Además de las funciones mecánicas u orgánicas de la vagina, es ella una gran fuente de placer, no la única, pero sí una muy importante. El clítoris y la entrada de la vagina son las zonas más sensibles.
“El clítoris tiene el doble de terminaciones nerviosas que el pene, es su símil anatómico. Lo que nosotras vemos por fuer es el capuchón, por dentro puede medir unos 13 cm. Tiene glandulitas que se llenan de sangre, como los cuerpos cavernosos del pene, así que cuando hay excitación, se erecta. El punto G también tiene muchas terminales nerviosas, si se estimula puede hasta provocar eyaculación. Está conformado por glándulas cercanas al clítoris que van en el mismo trayecto, en la cara superior” menciona la Dra. Mercedes.

El cuerpo es una gran zona erógena, pero el clítoris en efecto, tiene muchas más terminaciones nerviosas. A este “botoncito de placer”, se le agrega el ano, la entrada de la vagina, el punto G, los labios vaginales, los pezones, entre una lista que va de la punta del pie al último cabello. “El orgasmo está en el cerebro” dice la Dra. Alma Aldana.

Una buena lubricación vaginal es esencial para tener relaciones sexuales satisfactorias. Algunas mujeres cuando entran en periodo de climaterio y menopausia pueden llegar a tener problemas con ella. Lo mejor es que acudan al médico para realizar estudios de sus niveles hormonales, y así proporcionarles una terapia de reemplazo hormonal para mejorar no sólo este problema, si no prevenir otros padecimientos; puede ser tomada o aplicada a nivel local”, agrega la Dra. Ballesté.

Para lograr una vida sexual plena y una vagina feliz, es importante estar en contacto con nuestro propio cuerpo. “Si no se tiene contacto con la vagina, se vive desgenitalizada” argumenta la Dra. Aldana.

Según las teorías feudianas una mujer clitoridiana es una mujer que tiene orgasmos sólo a través de esta parte, la mujer vaginal es la mujer madura porque se reproduce.

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Una vagina cerrada “a piedra y lodo”

El vaginismo es una disfunción sexual que consiste en que los músculos puboccígeos, situados en el suelo de la pelvis, se cierran de una manera tan fuerte que no se puede introducir nada en ella. La dispareunia es el dolor que se puede presentar. “Así pues, decíamos que no hay vaginismo sin dispareunia, porque si la vagina se cierra, el intento de penetración siempre es doloroso”.

1 La vaginitis puede ser producida por infecciones que hacen que la vagina se irrite e inflame. También las emociones pueden no sólo cerrarla, sino producir hongos que la afectan.

Sí puede desarrollarse como consecuencia de un abuso sexual pero yo no le llamaría así, porque de sexual no tiene nada, creo que más bien sería abuso genital.

Cuando duele mucho, se cierra la vagina. Ninguna mujer tendría por qué sentir dolor, si me conozco, sé por dónde debo ir, sea sola o con la pareja; introduzco un dedito, luego dos y después el pene”, indica la Dra. Aldana.

Lo ideal para resolver estas disfunciones, cuando son severas y no te permiten disfrutar de tu sexualidad, es acudir con un terapeuta. Se deben trabajar los miedos, las culpas y se debe aprender a conocer el cuerpo.

Para aprender a sentir, checa este ejercicio:

  1. Debes saber que la sexualidad también se estudia; a desear, se aprende.
  2. Tenemos una parte en el cerebro que corresponde a la razón y otra a los sentidos. Debemos exaltar la de los sentidos, hay que olvidarnos de los deber ser, de las ocupaciones de todos los días.
  3. Cuando salgas a la calle, date un momento para sentir el aire, para mirar el sol, a la gente, identifica los olores, escucha los sonidos.
  4. Calla la razón, y ahora cuando sientas que tus sentidos ya están abiertos, dale rienda suelta al deseo; al erotismo a solas y con tu hombre deseado.

En la época victoriana pensaban que si una mujer tenía un orgasmo estaba loca, la internaban y le quitaban el clítoris. (Dato proporcionado por la Dra. Alma Aldana)

Establece contacto “del más allá”… ¡contigo!

Somos un todo, para darnos placer, debemos conocernos antes, pero ¿qué pasa si nunca hemos visto nuestro cuerpo desnudo, si no hemos observado nuestros genitales? Entonces no sabemos por dónde ir.

Lo que no está visto, no está en el cerebro, debemos conocer nuestros genitales. Parece que trajéramos un bote de basura entre las piernas, más la idea de pecado, de suciedad, nos limita. Nos debemos mirar para conocernos, para integrarnos, para vivirnos como mujeres con genitales.”

Las mujeres tocamos más pero no nos tocamos a nosotras mismas. Hay que vernos con un espejito, palparnos, como se toca otra parte del cuerpo. Primero ver qué sienten mis dedos cuando toco mi vagina y luego que siente mi vagina cuando la toco con los dedos.”

Conozcamos su textura, su olor, su color, su tamaño, su temperatura. Después determinemos en qué zonas sentimos más placer. “Si una mujer no ha tenido un orgasmo consigo misma, no es una mujer madura sexualmente”, puntualiza la Dra. Alma.

Increíble, pero la mutilación genital femenina existe hoy

La mutilación genital femenina (MGF) no es cosa del pasado. Se refiere a los procedimientos que alteran o lesionan los genitales femeninos, generalmente por el deseo de control por parte del hombre. Se busca que la mujer se conserve virginal y pura, para prepararla para el matrimonio y la vida adulta. Su fin es la anulación del placer.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se calcula que en el mundo hay entre 100 y 140 millones de mujeres y niñas que sufren las consecuencias de la MGF. En África 92,5 millones de niñas y mujeres, desde los 10 años de edad, ya han sido objeto de ella. Generalmente tiene consecuencias graves en la salud de las mujeres a quienes se les practica: hemorragias graves, problemas urinarios, complicaciones en el parto y hasta la muerte del recién nacido. Las mujeres musulmanas en África y Medio Oriente, son las que más frecuentemente son víctimas de la MGT.

Vagina feliz = vagina saludable

Una vagina saludable es resultado de una mujer saludable, que está conciente de ella como parte esencial de su cuerpo, la comprende, la conoce y también la utiliza como se debe. La mantiene en buenas condiciones tomando suficientes líquidos y previniendo infecciones.

Debemos vernos a diario, conocernos. Todo el día somos genitales también. No dejas la vulva a un lado de la pijama”, comenta la Dra. Alma.

Bibliografía

  1. Mónica Braun y Alma Aldana, Sexo sin dolor. La única guía para entender, tratar y superar el vaginismo y la dispareunia, México, Grijalbo, 2009, p. 35.)
Imagen cortesía de



Escrito por

Aunque soy publicista, llevo algunos años concentrada en escribir y editar textos, lo cual me encanta por cierto. Sobre todo me he interesado en temas que tienen que ver con la salud reproductiva y sexual, al menos eso es lo que más he disfrutado escribir. En Plenilunia me he dedicado a hablar de temas relacionados con la salud femenina, siempre rescatando la importancia que tiene hacerlo de manera integral, pero sobre todo pensando que la conciencia de tu cuerpo te ayuda a empoderarte en los demás ámbitos de tu vida.

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