Una nueva SCJN, un viejo reto: el futuro de la justicia reproductiva en México

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El próximo 1º de septiembre, México escribirá un nuevo capítulo en su historia judicial. Comienza funciones la nueva Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), renovada tras la reforma judicial y las primeras elecciones ciudadanas de jueces, juezas, ministras y ministros.

Aunque solo el 13% del electorado acudió a las urnas, las personas electas ocuparán cargos clave en uno de los poderes que más incide en la vida pública: el Judicial. Sus decisiones afectarán directamente a más de 130 millones de personas en el país.

Para organizaciones como Mujeres Vivas, Mujeres Libres, este momento es tan prometedor como desafiante. “Necesitamos una Corte que escuche a las mujeres”, afirma Lizeth Mejorada, vocera del colectivo. Su exigencia es clara: que la nueva SCJN no solo dé continuidad a los avances logrados, sino que garantice los derechos sexuales y reproductivos para todas las mujeres y personas gestantes en México.

Durante décadas, los tribunales han invisibilizado nuestra realidad. Las sentencias siguen cargadas de estereotipos que vulneran los derechos reproductivos de las mujeres y personas gestantes.

La SCJN como aliada histórica de los derechos reproductivos

En años recientes, la SCJN ha desempeñado un papel clave en el reconocimiento de derechos largamente exigidos por los movimientos sociales. Entre sus decisiones más destacadas están:

  • La despenalización del aborto a nivel federal.
  • El reconocimiento de la violencia de género como un problema estructural.
  • La legalización del matrimonio igualitario.
  • La validación del derecho a la identidad de género para personas trans.

En 2021, la Corte declaró inconstitucional criminalizar el aborto, lo que abrió la puerta a reformas en 24 estados. En 2023, dio un paso crucial al ordenar eliminar el delito de aborto del Código Penal Federal.

Defender el derecho a decidir es defender la vida y la libertad de millones de niñas, mujeres y personas gestantes. Lo que conquistamos en la en el pasado en la SCJN no puede retroceder: ningún embarazo forzado, ninguna niña obligada a casarse.

Pero aún hay deudas pendientes

A pesar de estos avances, persisten obstáculos graves. El aborto sigue siendo un delito en ocho estados, y en lugares como Aguascalientes se han intentado restringir los plazos legales. La nueva SCJN enfrentará estos retos en un contexto inédito: juezas y jueces electos por voto popular, incluyendo en entidades con posturas conservadoras.

Esto genera incertidumbre. Activistas advierten que podrían llegar perfiles antiderechos que frenen el avance de litigios, bloqueen amparos y obstaculicen el reconocimiento del aborto como derecho en todo el país.

“El derecho al aborto parecía intocable en Estados Unidos, hasta que en 2022 la Corte echó abajo Roe vs. Wade. Aquí también podría pasar si no defendemos lo conquistado”, alerta Angie Contreras, portavoz de Vivas y Libres.

Justicia con perspectiva de género: una exigencia urgente

Las organizaciones feministas insisten en que la justicia debe reflejar la vida real de las mujeres en México. La historia está llena de sentencias impregnadas de estigmas y estereotipos, como aquellas que responsabilizan a las mujeres por ejercer su autonomía reproductiva o las obligan a ajustarse a roles tradicionales.

“Queremos una Corte firme en derechos sexuales y reproductivos, una que no solo reconozca el aborto como legal, sino como un tema de salud pública, libertad y justicia social”, enfatiza Mejorada.

Lo que está en juego

El impacto de esta nueva SCJN va más allá del aborto: toca el corazón de todos los derechos humanos. Cada cambio en la judicatura puede significar retrasos o regresiones. Por eso, las organizaciones subrayan que no es momento de bajar la guardia.

La justicia no puede seguir siendo ciega ante la realidad de niñas, mujeres y personas gestantes. Lo que se decide en la SCJN no es abstracto: es concreto, urgente y vital. “Ningún embarazo forzado, ninguna niña obligada a casarse”, resume Contreras.

Una Corte a la altura del país que queremos

En este contexto de transformación, Mujeres Vivas, Mujeres Libres alza la voz: no pide favores, exigen derechos. La nueva SCJN tiene en sus manos la posibilidad de fortalecer o vulnerar las libertades conquistadas. De ella dependerá si México avanza hacia un sistema de justicia que realmente esté del lado de quienes más la necesitan.

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