Resulta indispensable que se inicie una campaña de difusión en contra del acoso callejero, ya que “es un terrible problema poco explorado y abordado con políticas públicas para erradicarlo. Es un problema que se minimiza; sin embargo la violencia siempre va en escala y es una obligación del Estado realizar acciones para prevenir que continúe manifestándose” expresó la presidenta de la Comisión Especial de Delitos cometidos por razones de Género, diputada Maricela Contreras Julián,
Por lo que planteó exhortar a los gobiernos de las entidades federativas a implementar políticas en contra del acoso callejero, que incluyan una campaña de difusión para prevenirlo y contribuya a transformar las relaciones entre hombres y mujeres, basadas en el respeto de sus derechos humanos.Denunció que en México se sigue culpando a las mujeres por el acoso que sufren, ya que “en el imaginario colectivo se ha enquistado la idea de que son violadas o acosadas por la manera en la que se visten, por andar solas en la calle y a altas horas de la noche”.
Un alto número de mujeres, 72%, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), que viven en la Ciudad de México, denuncia haber sufrido algún tipo de violencia sexual. Este tipo de agresión es más que la media nacional y supera a los estados más violentos como Guerrero o Chihuahua; y para las mujeres jóvenes es peor, ya que la cifra de abusos aumenta hasta 78 de cada 100 entre 20 y 29 años.
En un punto de acuerdo que presentó en la Comisión Permanente, Contreras Julián mencionó que de acuerdo con el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF), en México las mujeres víctimas de violación sexual suman más de 14 mil al año -más de la mitad, niñas y adolescentes–, que viven sin acceso a la justicia y sin atención específica a su salud para evitar embarazos no deseados e infecciones de transmisión sexual.
Reconoció que no existe una atención integral a las víctimas porque no se da seguimiento efectivo a los casos; hay una cifra negra de estos delitos que no son denunciados por miedo o vergüenza, y por la discriminación y maltrato que sufren en las agencias del Ministerio Público. A esto se agregan los casos en que denuncian, y terminan desistiéndose por ser juzgadas o culpabilizadas por la falta de atención adecuada.
Uno de los lugares donde se hace más evidente que las mujeres han aprendido a convivir con la violencia de género es en el transporte público. Si bien, el Metro de la Ciudad de México, el Metrobús y algunos autobuses, mantienen la separación de hombres y mujeres en horas pico para evitar “tocamientos“, no hay ninguna otra medida preventiva ni programa gubernamental para prevenir y evitar la violencia de género.
La legisladora subrayó que aún existen grandes brechas al respeto y protección de los derechos humanos de las mujeres, por lo que es tarea del Estado impulsar su defensa desde los principios de universalidad, integralidad y progresividad.
“La violencia contra las mujeres, es una de las peores trabas que impide el goce pleno de sus derechos y de la igualdad. Es una problemática que se generaliza en el ámbito mundial y enfrentan todas las mujeres, no distingue nivel de educación, condición social, etnia, opción política o sexual”, afirmó.
El acoso callejero representa el conjunto de prácticas, gestos, silbidos, sonidos de besos, tocamientos, masturbación pública, exhibicionismo, persecuciones (a pie o en auto), entre otras, con un manifiesto carácter sexual.