La homofobia ha producido todo tipo de ideas erróneas, algunas son las siguientes:
- “Los homosexuales tienen más trastornos psicológicos que los heterosexuales” Falso. Además, la homosexualidad no es ningún trastorno mental.
- “Los homosexuales difieren de los heterosexuales en características físicas: voz, tamaño corporal, expresión corporal…” Falso. Multitud de estudios científicos han demostrado que no se puede distinguir el comportamiento, la personalidad o la apariencia externa de los homosexuales y los heterosexuales. Inclusive el estereotipo del “amanerado” o “afeminado”, tampoco ha resultado ser exclusivo de los homosexuales.
- “Existen tratamientos efectivos contra la homosexualidad”
Falso
. Ni tratamientos médicos hormonales ni psicológicos han demostrado poder cambiar la orientación sexual de individuos.En general, el intento de cambiar las orientaciones sexuales de las personas, nos muestra el papel opresor que ha tenido en ocasiones el uso de la ciencia en la sociedad; incluso algunos proponen tipificar los tratamientos que intentan cambiar la orientación de los homosexuales en un “fraude al consumidor.”
- “La sexualidad de las lesbianas es insatisfactoria por carecer de pene”
Falso
. En una visión heterosexual estereotipada, el pene tiene gran importancia para la vida sexual. Por esta razón, resulta difícil entender que existan formas de satisfacción sexual sin la necesidad del pene. - “La seducción hacia los niños es una característica del estilo de vida de los homosexuales”
Falso
. Un 80% de los abusos sexuales es realizado por una persona heterosexual (comúnmente un hombre, siendo la víctima una niña). - “Existen padres o madres cuyo comportamiento conduce a sus hijos o hijas a la homosexualidad”
Falso
. Diferentes estudios han demostrado que no existe un patrón de relaciones familiares que determine o sea una causa importante de la orientación sexual de los hijos e hijas en un sentido o en otro. - “Los homosexuales nunca se casan. La gente que no se casa es, probablemente, homosexual”
Falso
. Aproximadamente un 20% de los hombres homosexuales y un 30% de las mujeres lesbianas están o han estado casados alguna vez. Además, muchas personas que no se casan son heterosexuales.
La homofobia puede ser un termómetro social para identificar el grado de rigidez y exclusión respecto a las preferencias sexuales en la cultura.
Es muy importante tener claro que las personas se relacionan social y sexualmente con otras personas. Que no tratemos de “medirnos” con parámetros sociales rígidos, porque lo único que provoca son más dudas y temores.
La sociedad avanza si se integran a nuestra vida social valores democráticos como el respeto y la no discriminación. Esto quiere decir que una sociedad evoluciona cada vez más si se toma como uno de uno de sus pilares el respeto hacia todas las personas sin importar su sexo, educación, color de piel, estado civil, edad, orientación sexual, situación socioeconómica, etnia, etc.
Si la sociedad se basa en lo anterior, el tema de las orientaciones sexuales se descargará de prejuicios porque se antepondrá un valor más importante: El respeto. De esa manera será cada vez más ocioso juzgar a las personas a partir de con quién comparten su vida sexual.
Por el contrario, debemos analizar cómo estamos educando a nuestras niñas y niños, y si se está conformando una ciudadanía respetuosa y por lo tanto más libre.
Referencia
- Manual para la acción: Prevención de abuso sexual de niñas y niños. Una perspectiva con enfoque de Derechos, patrocinado por Pfizer, México 2007.