La Alianza por la Salud Alimentaria (ASA) solicitó en una carta pública este 26 de mayo 2014, al Presidente de México, Enrique Peña Nieto y a la Secretaria de Salud, Mercedes Juan, la derogación del decreto del pasado 14 de febrero en torno a los criterios “inapropiados y riesgosos para un nuevo etiquetado frontal obligatorio en alimentos y bebidas procesadas, para un sello nutrimental que deberían portar las mejores opciones en el mercado y para regular la publicidad de alimentos y bebidas dirigida a la infancia”.
Las organizaciones y especialistas integrantes de la ASA, propusieron que, “una vez que se deroguen esos decretos, se constituya un grupo científico independiente y libre de conflicto de interés para que elabore los nuevos criterios “partiendo de las mejores experiencias y recomendaciones internacionales, tomando en cuenta la emergencia en la que se encuentra el país a causa de esta epidemia que ya ha rebasado la capacidad del sistema de salud pública”.
La organización señala que los actuales criterios impulsados por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) son insostenibles, atentan contra el derecho a la salud, a la información y los derechos de la infancia y representan un obstáculo para combatir la emergencia que vivimos. En este sentido, sin información clara y útil para los consumidores y sin una regulación efectiva de la publicidad dirigida a la infancia la Estrategia Nacional para la prevención y control del sobrepeso, la obesidad y la diabetes, se convierte en un fracaso antes de entrar en operación.
Afirmaron que, así como el Gobierno Mexicano fue ejemplo a nivel mundial al impulsar impuestos a bebidas azucaradas y comida chatarra, dentro de una estrategia para combatir el sobrepeso y obesidad, ahora, si da marcha atrás a este decreto, también sentará un precedente internacional como un Gobierno que sabe corregir a tiempo “acciones que podrían afectar la salud de millones de niños mexicanos”.
Explicaron cuáles son los principales riesgos y contradicciones de los actuales criterios para etiquetado, sello nutrimental y publicidad para alimentos y bebidas:
- Etiquetado frontal obligatorio. Este etiquetado no es entendible por la población mexicana e induce al consumo de muy altas cantidades de azúcar. Establece como recomendación el consumo diario de 90 gramos de azúcar, equivalente a 12 cucharadas cafeteras. Este criterio va en contra de todas las recomendaciones internacionales de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de los institutos nacionales, representando una amenaza contra la salud que agudizará la emergencia en que nos encontramos.
- Sello nutrimental de la Secretaría de Salud. Los criterios establecidos para otorgar este sello nutrimental a los productos que supuestamente son una buena opción son tan laxos que bebidas y alimentos que se encuentran con un impuesto por considerar que su consumo frecuente contribuye al sobrepeso y la obesidad, podrán acceder a este distintivo. Esta profunda contradicción no sólo expone la falta de congruencia en la Estrategia sino que generará entre los consumidores una gran confusión, contribuyendo a profundizar los malos hábitos de alimentación y los problemas de salud que éstos generan.
- Regulación de la publicidad de alimentos y bebidas dirigida a la infancia. Los productos que se podrán publicitar en los horarios infantiles y películas para los niños serán los mismos que puedan acceder al sello nutrimental. Los niños se mantendrán expuestos a una intensiva publicidad de alimentos y bebidas no saludables, incluso de productos a los que se les ha establecido un impuesto por considerar que su consumo frecuente representa un riesgo a la salud. Además, las restricciones a este tipo de publicidad son extremadamente limitadas, sólo se aplican a publicidad en televisión y cine, haciendo la regulación inefectiva. Se mantendrá así el deterioro de los hábitos alimentarios de los mexicanos desde edad temprana.
Finalmente los integrantes de ASA reiteraron que ahora la decisión está del lado del Presidente Peña Nieto y confiaron que se tomarán las acciones con base en criterios basados en procurar la salud y bienestar de la población en general y de los niños mexicanos en particular.