En México, 1 de cada 2 niñas y niños no recibe leche materna en su primera hora de vida, situación que aumenta el riesgo de muerte y enfermedades, al tiempo que puede disminuir la posibilidad de que posteriormente reciba lactancia.
De acuerdo con cifras del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), a nivel global, 78 millones de bebés no tienen acceso al seno materno en la también se conoce como “hora dorada”, lo que no les permite recibir el calostro que, por su alto contenido en nutrientes y anticuerpos, es considerado la “primera vacuna” de los recién nacidos.
La lactancia materna es un componente bioactivo, especie especifico, siendo la mejor fuente de energía y nutrientes para este recién nacido y lactante , está identificada como mecanismo de protección contra diarreas e infecciones potencialmente mortales. Investigaciones recientes en Reino Unido y Estados Unidos ya también reconocen la importancia de la leche materna en el desarrollo de la microbiota y el sistema de defensa de los nuevos bebés, advierte la neonatóloga Flor Abinader.
“El contacto piel a piel permite el intercambio de bacterias entre la madre y la boca del bebé contribuyendo efectivamente al desarrollo de nuevas comunidades en el organismo del recién nacido. Nuevos estudios exploran ya la posibilidad de que las bacterias de la madre viajen desde su propio intestino hasta sus glándulas mamarias y de ahí las comparta a su hijo, en una especie de transferencia de resistencia ante las enfermedades”, detalla la subespecialista.
Cálculos de Unicef estiman que mejorar las prácticas de lactancia a nivel global podrían salvar cada año la vida de más de 800 mil niños menores de cinco años, la mayoría de ellos incluso menores de seis meses. Más allá de la supervivencia, cada vez hay más evidencia respecto de los beneficios de la leche materna a lo largo de toda la vida del individuo.
“La conformación inicial de una microbiota intestinal rica y diversa a partir de la lactancia materna reduce en los bebés el riesgo de desarrollar enfermedades infecciosas, pero también otras que son crónico degenerativas como las alergias, obesidad, diabetes e incluso algunos trastornos mentales como el autismo, la ansiedad y la depresión”, puntualiza la doctora Abinader.
Aun cuando la recomendación de la OMS es proporcionar lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida de los niños, hay casos en que, por diversas razones, algunas madres no pueden lactar. Una opción para el cuidado y fortalecimiento de la microbiota intestinal de bebés en esta situación es el consumo de probióticos.
Bajo la supervisión del médico tratante, en situaciones de recuperación del equilibrio de la microbiota intestinal del bebé, una posible tratamiento es el probiótico de origen natural desarrollado a partir de la levadura Saccharomyces boulardii CNCM I-745, disponible en comprimidos, cápsulas o en sachets —sobrecitos de polvo—, para facilitar su consumo[.]
Bibliografía
- Capturar el momento: Inicio temprano de la lactancia materna. El mejor comienzo para cada recién nacido. UNICEF, OMS, 2018: https://www.unicef.org/spanish/publications/files/UNICEF_WHO_Capture_the_moment_EIBF_2018_Sp.pdf
- Tres de cada cinco bebés no toman leche maternal en la primera hora de vida. OMS, 2018: https://www.who.int/es/news-room/detail/31-07-2018-3-in-5-babies-not-breastfed-in-the-first-hour-of-life
- Capturar el momento: Inicio temprano de la lactancia materna. El mejor comienzo para cada recién nacido. UNICEF, OMS, 2018: https://www.unicef.org/spanish/publications/files/UNICEF_WHO_Capture_the_moment_EIBF_2018_Sp.pdf
- Semana Mundial de la Lactancia Materna http://worldbreastfeedingweek.org/2019/wp-content/uploads/2019/04/infographic_Spanish-1.pdf