Desde 1962, cada 31 de agosto se celebra el día internacional de la obstetricia y la mujer embarazada. Este día busca resaltar la labor de los profesionales de la salud que día a día participan en el milagro de la vida.
El o la obstetra actúa como guía y protector de la salud materno-fetal. Además, es quién vela por el desarrollo del bebé durante todo el embarazo. Sumado a lo anterior, estos profesionales participan de forma activa durante el proceso de parto y concepción.
¿Por qué se celebra el 31 de agosto?
En 1204, en lo que ahora conocemos como Cataluña, España, nació Ramón Nonato, un clérigo de la orden de los mercedarios que se dedicaba a rescatar cautivos católicos en manos de los musulmanes del norte de África.
Fue un 31 de agosto cuando el vizconde de Cardona extrajo al clérigo del útero de su madre un día después de que ésta muriera iniciando así una historia llena de penas y milagros.
En un momento de su vida fue capturado por los musulmanes quienes lo martirizaron perforando sus labios con hierro candente para colocarle un cerrojo en su boca e impedir que predicara. Fue canonizado por el papa Alejandro II en 1657, celebrándose su festividad el 31 de agosto.
Atención de las mujeres durante el embarazo
La obstetricia es el campo de la medicina que se especializa en la atención de las mujeres durante el embarazo y el parto. Además, es esta rama de la medicina la que diagnostica y trata las enfermedades de los órganos reproductivos femeninos.
Se fundamenta en la detección oportuna y el abordaje médico-quirúrgico de cualquier enfermedad que atente contra la vida de la embarazada y el recién nacido.
Dentro de las responsabilidades del o la obstetra se encuentran las siguientes:
- Atención prenatal de la embarazada.
- Extracción del recién nacido por cesárea.
- Monitoreo y conducción del trabajo de parto normal.
- Detección y tratamiento de aborto y embarazos ectópicos.
- Apoyo psicológico a la embarazada.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2022, el país registró 1.8 millones de nacimientos y en 2023 la tasa bruta de natalidad en México descendió en 0,31 nacimientos por cada 1000 habitantes.
En este sentido, la obstetricia ha permitido reducir las altas tasas de mortalidad en madres y niños. Además, se ha logrado disminuir de manera significativa el índice de partos prematuros y en la cantidad de recién nacidos con anomalías congénitas no tratadas.