El acoso sexual sigue siendo una forma de violencia que afecta gravemente la salud física y emocional de las mujeres.
Flor Rodríguez, activista feminista, fundadora y directora de la organización, Repara Lumea, ha dedicado su vida a visibilizar y combatir esta problemática.
A través de su trabajo, Flor ha acompañado a muchas víctimas y ha presenciado de primera mano los efectos devastadores del acoso. En entrevista, nos comparte su perspectiva sobre los impactos del acoso y cómo su organización apoya a las mujeres en su lucha por recuperar su bienestar.
Se nos acercaban muchas niñas porque los profesores las acosaban
Plenilunia – ¿Cómo fue que te empezaste a acercar a temas de acoso y por qué, cuál ha sido tu experiencia?
Flor – Pues mi perfil desde un principio es muy académico.
Yo era adjunta de una profesora en la universidad y también ya trabajaba dando clases. Tuvimos varios proyectos porque ella era la Directora del Centro de Derechos Humanos de la Universidad, se nos acercaban muchas niñas porque los profesores las acosaban. Las orientamos pero sólo quedaba ahí, no había represalias contra los agresores por el tema de la impunidad en la Academia.
Después, nos llegó el proyecto de hacer Jornadas Nacionales en la SEDENA y ahí creo que fue cuando más nos enfrentamos a la realidad del acoso.
Primero pues el tema militar, es un mundo completamente diferente al nuestro y no es tan fácil que tú accedas no siendo militar a ese mundo, entonces creo que les inspiramos mucha confianza y en todos los casos que recibimos fueron de mujeres. Acompañar desde ahí fue mucho más complicado, existen las jerarquías, el código de ética dice que tienes como eje rector, la obediencia.
La mayoría de los casos eran casos de hostigamiento sexual en donde pues una persona con una jerarquía mayor ejercía este tipo de conductas. Era pues el general hacia su subordinada, que era su jefe, entonces no solamente llegaban al acoso sino había casos hasta de violación. Entonces eran casos muy muy difíciles y ahí después de terminar ese proyecto como que todo el equipo de profesoras que estuvimos ahí. Al final nos dimos cuenta que necesitábamos hacer algo.
En ese momento decidimos crear la asociación, Reparalumea, como para ya no sólo aconsejar a las mujeres que se acercaban a nosotros, sino ya tener una mayor incidencia desde las políticas públicas y la prevención.
En México, el acoso sexual sigue siendo una de las formas de violencia más comunes contra las mujeres
De acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, las denuncias por acoso sexual aumentaron en un 300% en el último año.
Plenilunia – ¿Cuántos tipos de acoso hay?
Flor – Pues los tipos de acoso yo los visualizo de la siguiente forma: dependiendo el espacio en donde se ejerza.
El acoso sexual que conocemos, son estas conductas de índole sexual no deseadas, pueden ser verbales o no verbales, físicas o no físicas, que pues te generan incomodidad, inseguridad y que a la larga pueden detonar en otros escenarios más complejos de violencia sexual.
Digamos que es la primera etapa de la violencia sexual y que hemos normalizado mucho, porque si no la paramos desde ese momento, entonces, como yo siempre les digo, la violencia siempre escala.
Y el hostigamiento sexual, por otro lado, no solamente depende el espacio en donde se ejercen estas conductas. El hostigamiento sexual también implica donde exista una jerarquía de la persona que lo ejerce contra la víctima.
Digamos que el acoso sexual pues es entre horizontales, entre iguales y en el caso del hostigamiento, existen jerarquías.
A pesar de todos los esfuerzos por parte de la sociedad civil de la concientización del problema, las cifras oficiales representan solo una pequeña parte del problema. Esto por que muchas víctimas no denuncian debido a la normalización del acoso y la burocracia del sistema judicial.
Flor Rodríguez.
Esta invisibilización perpetúa un ciclo de impunidad que deja a las víctimas desprotegidas
Plenilunia – Más allá de la incomodidad, que muchas personas podrían pensar que es lo único grave del acoso, ¿cuáles son los otros impactos o hasta dónde llega el acoso?
Flor – El verdadero impacto del acoso sexual ni siquiera es la incomodidad, sino es que se atenta contra la actividad de las personas, eso es como lo principal.
Y ¿cuáles son los impactos que tienen? Pues que van coartando tu desarrollo emocional, pero además también tus derechos. Desde tu derecho a la educación, derecho al libre tránsito, derecho al trabajo digno. O sea, cada uno de tus espacios y también afectan o atentan contra los derechos humanos de las personas.
El acoso termina en feminicidio
En el tema emocional, pues creo que es un tema psicológico, emocional, que puede llegar incluso muchas veces al suicidio.
En muchas ocasiones, tenemos muchos casos, por ejemplo en México, el acoso termina en feminicidio. O sea, las mujeres inicialmente eran acosadas en los espacios públicos y después son asesinadas de formas brutales con mucha violencia sexual de por medio. Es la primera fase de la violencia sexual.
Plenilunia- ¿Tiene impactos físicos el acoso?
Flor– Pues recordemos que todo lo emocional se detona en una consecuencia física, ¿no? Entonces, claro que sí emocionalmente te está afectando una situación, pues a la larga, claro que te puede causar algún tipo de enfermedad: depresión, ansiedad, como todo este tipo de enfermedades emocionales.
Flor Rodríguez también comparte que, a pesar de los esfuerzos de las instituciones, la mayoría de los estados en México aún no contemplan penas severas para el acoso sexual. Esto deja a las víctimas sin una verdadera protección legal.
También resalta la importancia de respetar los tiempos y deseos de las víctimas, entendiendo que cada caso es único.
A través de su trabajo incansable, Flor y su equipo están ayudando a construir un mundo más seguro para las mujeres, donde el acoso no sea normalizado y las víctimas encuentren justicia y reparación.