La diputada Karen Quiroga Anguiano indicó que el Estado debe desarrollar políticas públicas para lograr el empoderamiento de las mujeres, en un marco de justicia y equidad.
Durante el foro “Mujeres en el siglo XXI. Retos y perspectivas”, se pronunció por incrementar el presupuesto anual destinado a las mexicanas, ya que actualmente sólo se les asigna el 0.6% del total, a pesar de que conforman el 53% de la población.Consideró indispensable exigir al gobierno ser reconocidas y tener las mismas oportunidades que los varones. Desde la trinchera que nos corresponda como ejecutivas, amas de casa, servidoras públicas o comerciantes, estamos en el camino correcto, aseguró.
Debemos crear una realidad social más incluyente y empática entre nosotras, no una pose frívola o de imagen, sino abrir brecha para otras mujeres, hijas, madres, amigas, abuelas, vecinas, todas incluidas, subrayó.
Preguntó: “¿Qué tipo de sociedad queremos para las generaciones que vienen? Seguramente una que no permita que mueran las mujeres en el parto por falta de condiciones higiénicas o de hambre”.
Por ello, agregó, tenemos derecho a obtener una carrera profesional, a que nuestra salud sea atendida y a que el gobierno disponga de políticas públicas que mejoren nuestra situación en todos los ámbitos. “Somos la mayoría de la población y no puede ser posible que durante tanto tiempo no podamos ser vistas”, acotó.
Destacó que aprender a empoderarse es también una labor individual. Se trata, expresó, de cuidar nuestro bienestar personal, profesional, financiero y emocional; mantener equilibrio en todas las áreas de nuestra vida y cuidar nuestra salud; asumir la responsabilidad de nuestras decisiones; ser asertivas y aprender de nuestros errores, así como valorar nuestros aciertos. “Eso es ser una mujer empoderada”, afirmó.
Al describir el “Decálogo de una mujer empoderada”, también destacó que ese tipo de mujeres disfrutan su sexualidad y la ejercen con conciencia; no buscan justificaciones, sino soluciones y respuestas a las complicaciones; saben que el silencio es una opción, pero defiende sus opiniones y respetan los diferentes puntos de vista.
Además reconocen, apoyan y valoran el talento de otras mujeres; son solidarias y no se sienten amenazadas, al contrario, apoyan a otras en su crecimiento personal y emocional; enfrentan sus temores con precaución y piden ayuda, pero, sobre todo, evitan la violencia.
“Seguiremos en la lucha desde la trinchera que nos toque para hacer crecer a las mujeres del país”, añadió Quiroga Anguiano.
Al inaugurar el foro, Dione Anguiano Flores, diputada de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, señaló que la problemática de las mujeres presenta grandes retos que deben enfrentarse con información y educación para cambiar patrones educativos que aún las consideran sólo aptas para el hogar y a los hombres para el trabajo, “conceptos que nosotros reproducimos en nuestros hijos e hijas”.
Añadió que en el país se vende a algunas mujeres por una botella de alcohol y “todavía creemos en las ciudades que ser golpeadas, vejadas, discriminadas, y escuchar cada día, como gotita de agua, que somos tontas, que no servimos para nada, es una condición natural, que así nacimos y que así debemos morir”.
Por eso, dijo, se debe tener información sobre temas como empoderamiento, reconocimiento, igualdad de género, derechos humanos y laborales, entre otros, para transformarlos en acciones que se transmitan a las nuevas generaciones. Afirmó que la equidad de género no es un asunto sólo de mujeres, sino de toda la sociedad.
En la ponencia “Análisis de las Políticas Públicas que influyen en la disminución de la desigualdad, pobreza y exclusión de las mujeres”, la investigadora del Centro de Estudios para el Adelanto de las Mujeres y la Equidad de Género (Ceameg), Laura Teresa Peniche Caval, destacó que en los programas públicos hay aspectos aún “invisibilizados”, como los destinados a mujeres adultas mayores, a las que se encuentran en reclusión y a los relacionados con su empoderamiento político.
Informó que en el 2014 se contaba con 115 programas, de los cuales sólo 90 se incluyeron en el presupuesto etiquetado; el resto se operó con dependencias que contaban con recursos propios.
El presupuesto para estos 90 programas, informó, fue de 22 mil 807.45 millones de pesos; de estos, se ejercieron 22 mil 178.56 millones, es decir, se ejerció el 97.24%.
Para el 2015, dijo, hay cambios en los programas etiquetados en el Presupuesto de Egresos de la Federación, al incluir programas nuevos, particularmente en el anexo 12. La mayoría de estos se concentran en el desarrollo social de las mujeres, educación, salud, agricultura, desarrollo agrario y territorial y economía.
En su participación, la maestra Guadalupe López García, especialista en Estudios de la Mujer y en Políticas Públicas y de Género, de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), señaló que la equidad de género es una responsabilidad y un compromiso del Estado, que debe contar con procedimientos y estructuras definidas, sanciones explícitas y repercusiones políticas, sociales y económicas.
En su ponencia “Empoderamiento de las Mujeres en el Siglo XXI”, afirmó que durante mucho tiempo se legitimó la desigualdad de las mujeres, pero “ahora ya no es una dádiva del gobierno, es su obligación” y debe asumir los compromisos internacionales al respecto, que se reflejen en leyes, políticas y acciones en los distintos órdenes de la administración y los tres Poderes de la Unión, junto con las acciones del movimiento feminista, la sociedad civil, la academia y otros actores sociales.
Al foro asistió también la doctora Rina Gliter, directora de la Fundación Alma, dedicada a la reconstrucción del seno de las mujeres que sufrieron cáncer. Dijo que se deben tomar acciones para la salud de las mujeres, sin intereses partidistas, sino “en el México que nos preocupa a todos”.