Lo ideal para tener el panorama más claro en torno a la pandemia COVID-19 en México es hacer muchas más pruebas moleculares conocidas como PCR, y al mismo tiempo más pruebas rápidas de las llamadas IgG o IgM para confirmar el diagnóstico.
Así lo hizo ver el médico gineco obstetra Francisco José Bernárdez, jefe de Maternidad desde hace 20 años y del área de Gineco Obstetricia en el Hospital Español de la Ciudad de México, en entrevista con Plenilunia transmitida en línea por Facebook Live.
Dijo que hoy en día están llegando al hospital pacientes contagiados de COVID-19, pero también se siguen recibiendo los pacientes habituales que llegan con problema de infarto o con pancreatitis o en trabajo de parto o con un quiste de ovario roto, “y cada uno podría ser COVID positivos o negativos, porque además muchas veces llegan con manifestaciones clínicas de COVID”.
Expresó el especialista <dr.bernardez.com> que ante esa sobrecarga, es fundamental que se haga pruebas tipo PCR a todo paciente que ingrese al hospital, independientemente de si es o no sospechoso de COVID-19; sería algo muy favorable que daría mayor seguridad al paciente y su familia, pero también al personal que labora en los nosocomios. Además “mientras más pruebas hagamos, tenderán a ser más baratas”, observó.
El doctor Bernárdez, certificado por el Consejo Mexicano de Gineco Obstetricia, explicó que en el caso de las pruebas de anticuerpos que pueden utilizarse para confirmar el diagnóstico de coronavirus SARS-Cov2, hay de 2 tipos generalmente. Se refirió en específico a las inmunoglobulinas, y las 2 más medibles y frecuentes:
- IgM de reaccion rapida
- IgG de reacción lenta
Detalló que estas pruebas son verdaderamente importantes sobretodo en los casos donde los pacientes con síntomas de COVID que salieron negativos en la prueba PCR; y esto no es raro que suceda dado que se sabe que entre 30 y 40% de los casos pueden ser falsos negativos. Así es que lo más conveniente es que en estos pacientes a las 48 horas se les tome nuevamente la prueba y si es necesario se les tome varias veces; es cuando las pruebas IgM son muy adecuadas. “Porque además cuanto más rápido tenga un diagnostico confirmatorio, todo el mundo alrededor va a estar más seguro”.
El especialista apuntó que durante toda la etapa de epidemia, como no hay un tamizaje generalizado, el hospital debe estar preparado para atender en forma segura al no portador del COVID sin riesgo de contagiarse, y al mismo tiempo al que es portador COVID para darle una atención adecuada.
“El médico debe tener claro que el paciente siempre puede o no ser portador, y ello implica que debe cuidar al paciente pero también él mismo debe estar protegido como médico”. En ese sentido subrayó la importancia de que sea adaptado el consultorio u oficina donde se reciben pacientes para ser terreno seguro para todos los pacientes y para el mismo personal de salud.
“Cada vez que llega un paciente que se supone es negativo, sigue habiendo dudas y lo más adecuado es que el médico se siga cuidando independientemente del diagnóstico. Por eso, nosotros planteamos que el cubrebocas es una herramienta magnífica de defensa ante ello”.
El cubrebocas N95 debería ser para todos
En ese sentido, el doctor Bernárdez explicó que el uso de cubrebocas defiende a quien lo porta pero sobretodo protege al otro que se relaciona con él.
Así, alguien contagiado con COVID-19 pero sin síntomas tiene una probabilidad de 70 de contagiar al de enfrente, aun cuando éste use cubrebocas. Si el portador COVID usa cubrebocas reduce esa probabilidad de contagio al 5% cuando al de enfrente no use cubrebocas. Y el mejor escenario es que ambos usen cubrebocas -el portador COVID y el otro- de modo que la probabilidad de contagio se reduce a 1.5%.
Otro punto que destacó el médico entrevistado es que los cubrebocas que verdaderamente son útiles para evitar el contagio por COVID son de 3 tipos:
- N95
- máscaras quirúrgicas
- las llamadas FFP1
Advirtió que ni las de carbón activado ni las de tela ni las que tienen esponja logran una verdadera protección contra el virus que causa la enfermedad de COVID-19 pues acaso evitan en un 5% que pase el virus.
Por último dijo que un cubrebocas puede durar de 9 a 10 horas de uso continuo, y puede reusarse por varios días mientras no se moje, pero debe tenerse cuidado de no ser tocado por las manos más allá de los resortes; mientras no se usa puede rociarse con una solución alcoholada o ligeramente clorada y dejarse en un lugar limpio en la entrada de la casa, para tomarlo de nuevo sólo de los resortes siempre después de haberse lavado las manos[.]