En los últimos años se ha reconocido ampliamente el papel de los refrigerios en la dieta correcta. Hoy sabemos que necesitamos comer más seguido -de preferencia cada cuatro horas- para tener un mejor funcionamiento, sobre todo en la edad del crecimiento.
Cuando nuestros niños van a empezar un nuevo año escolar podemos ayudarlos a empezar con el pie derecho. Por eso invertimos tiempo, dinero y esfuerzo en armar una mochila completa y tener uniformes cómodos. Este año te sugerimos que también inviertas en la planeación de la lonchera de tus pequeños.
El refrigerio que nuestros hijos consumen a la mitad de la jornada escolar puede tener un impacto en su peso corporal, en su salud inmediata y, a mediano plazo, en su rendimiento físico y mental, pero sobre todo, en su desempeño.
La energía de los alimentos es liberada cada tres o cuatro horas, por lo que se evita la debilidad y el cansancio. Además, se ha visto que un cuerpo que se alimenta con una dieta fraccionada tiende a tener un metabolismo más rápido y a mantener más fácilmente un peso corporal saludable.
Por el contrario, cuando uno se salta comidas o deja pasar mucho tiempo entre una y otra, no sólo el metabolismo se hace más lento, sino que uno tiende a comer muy rápido y con mucho apetito, muchas veces comiendo de más, lo que a largo plazo se asocia con la ganancia de peso.
Para los niños, a quienes les es difícil reconocer que tienen hambre es especialmente importante fraccionar la dieta. Se recomienda incluir todos los días tres comidas principales y dos pequeños refrigerios en intervalos de entre 3 y 4 horas, además de una hidratación correcta a lo largo del día. Lo importante no sólo es fraccionar la dieta sino incluir en cada comida -incluso los refrigerios- alimentos valiosos por su aporte nutrimental y de moderado aporte en calorías.
Lo importante es que estos refrigerios además de aportar la energía requerida sean de gran calidad nutrimental. Por eso es fundamental que cada uno contenga una verdura o fruta, fuente de fibra, agua, vitaminas y minerales esenciales. El refrigerio deberá completarse con agua y con un alimento de cerca de 200 Kcal que aporte hidratos de carbono y proteínas. Pero para complementar la verdura o fruta del refrigerio queremos recomendarte, en esta ocasión, que incluyas ingredientes ricos en Omega 3 DHA.
La Organización Mundial de la Salud resalta la importancia de ingerir 160 mg. de DHA todos los días, y los mexicanos apenas llegamos al 30% de la recomendación diaria.
El DHA es un ácido graso de la familia de los omega 3, de cadena muy larga y sumamente flexible, que hoy se reconoce como indispensable o esencial por sus beneficios al sistema cardiovascular y óptico.
El DHA, como el que contienen de forma exclusiva los pescados de agua fría como salmón, atún, sardina, trucha o bacalao, es un nutrimento esencial también para la salud cognitiva. Numerosos estudios han reconocido que en niños con dietas abundantes en DHA el cerebro crece más y más rápidamente y su capacidad de memoria, atención sostenida y concentración son mejores.
El DHA también ha mostrado tener un efecto benéfico en los niños que presentan problemas de atención dispersa, hiperactividad y propensos a la agresión y les ayuda a tener una conducta más controlada.
Quizá conocer los beneficios de una dieta alta en DHA nos ayude a entender el mejor rendimiento escolar en los niños que viven en los países del oriente, especialmente Japón y Corea donde el consumo de estos pescados y algas de aguas frías en la dieta es mucho más habitual.
Por eso, incluye en el refrigero escolar de tus niños una o dos veces por semana, atún en ensalada o a la mexicana, salmón ahumado o enlatado en sándwich con queso fresco o crema con eneldo o perejil; y sardinas, ya sea en aceite, frescas o en jitomate.
Alcanzar la recomendación diaria de DHA es difícil, sobre todo cuando uno no está acostumbrado a consumir de manera habitual pescados de agua fría. Es por esto que se ofrecen en el mercado productos adicionados con DHA. Por ejemplo, en nuestro país puedes encontrar el aceite de soya, Nutrioli DHA, que aporta más del 25%de la recomendación diaria de DHA cuando se usa de manera habitual. Además el DHA que contiene el aceite Nutrioli, es de alga; o sea de la fuente primaria y más libre de contaminación que hay en la naturaleza y por lo tanto el cuerpo lo aprovecha mejor.
Cuando armes los refrigerios de tus niños piensa en el aporte energético, en la concentración de fibra, agua, vitaminas y minerales del mismo, pero incluye también, de manera regular, alimentos altos en DHA o preparaciones ricas en este nutrimento.
Así brindas a tus hijos un refrigerio que les ayuda a vivir su mañana al máximo y a desarrollar sus habilidades cognitivas y su desempeño escolar de manera óptima, pues estas alimentando su cuerpo y también su cerebro.