Hoy en día diversas investigaciones han dado a conocer información relevante acerca del vino y sus beneficios en el organismo; sugieren que se ha convertido en un aliado para combatir enfermedades cardiovasculares, pues incrementa en la sangre el HDL “colesterol bueno” y disminuye el LKL “colesterol malo”.
También se han investigado parte de sus componentes, entre los que destacan los minerales y oligoelementos como el magnesio que ayuda a disminuir el estrés, zinc que mejora las defensas inmunitarias y el litio que equilibra el sistema nervioso.
Otros indicios señalan que consumir una copa de vino tinto al día, además de algunos antioxidantes como las vitaminas E, C y una alimentación sana con una gran variedad de verduras y frutas, pueden combatir los radicales libres, sustancias que oxidan nuestras células, causantes del proceso de envejecimiento y la aparición de algunas enfermedades.
Cabe mencionar que además de los beneficios que contienen sus componentes, también se le atribuyen otras funciones importantes:
* Antihistamínicos. Reduce las reacciones alérgicas.
* Digestivas. Su definición de “bebida por excelencia para acompañar el alimento” se debe a que el vino tiene el grado de acidez (pH) más cercano al del jugo gástrico que ninguna otra bebida natural. También activa la secreción de la bilis y el páncreas, por lo que es conveniente tomar vino para ayudar a la digestión de comidas ricas en grasas.
* Afrodisiacas: Debido a los efectos de placer sensorial, según el doctor Henry Ott del hospital de la Chaux-de-Fonds (Suiza), el vino estimula los placeres de la degustación y estimula la producción de efectos sensoriales.
* Control del apetito. Algunos estudios como los expuestos en la revista Nature revelan que el resveratrol compuesto que se aisla de la uva y se encuentra en la cáscara y las semillas, tiene efectos antioxidantes y antiinflamatorios. El artículo comenta que el resveratrol disminuye muchos efectos nocivos de la obesidad.
Es importante no olvidar que la disminución de alimentos como la carne, embutidos, huevos, vísceras, mariscos y alimentos precocinados, entre otros, ayudará no sólo a disminuir los niveles de colesterol, sino a regular nuestro organismo.
Como todo alimento, su consumo debe ser moderado y, si existe alguna duda, no olvides consultar a tu médico, quien te podrá orientar de forma precisa y, de acuerdo a tu historial clínico.
Maridaje
El maridaje entre la comida y el vino definitivamente siempre es una muy buena opción que no sólo ayuda a la salud sino, que además, nos brinda momentos placenteros.
Lo más importante es perder el miedo de probar alimentos de la cocina tradicional mexicana con una copa de vino. Aquí, algunas sugerencias de comida mexicana con vinos exquisitos que te brindan placer a los sentidos y beneficios para la salud.
Escamoles a la mantequilla con Celeste
Este vino no tiene notas lácteas como la mantequilla, debido a su fermentación maloláctica.
La barbacoa va muy bien con Gran Sangre de Toro
La barbacoa es grasa y este vino es rico en taninos, sustancias naturales de la uva que ayudan a mantener más limpias las arterias y contribuyen a evitar enfermedades cardiovasculares.
Carne a la tampiqueña con Gran Coronas
La carne viene acompañada con varios complementos especiados como las rajas con queso y la enchilada de mole, por lo que un vino de uva Cabernet Sauvignon con Tempranillo, es una de las mejores opciones para acompañar este platillo.
Taquitos de camarón con Viña Esmeralda
Por sus finas notas afrutadas, este vino complementa muy bien los mariscos en general, su sensación de dulzor al final de boca crea una sensación de equilibrio con la tortilla.
*Areli Curiel Sommeliere Profesional
Actualmente se desempeña como sommeliere profesional de Bodegas La Negrita.