El pan de muerto es uno de los símbolos más característicos de la celebración de Día de Muertos, junto con la flor de cempasúchil y las calaveritas de azúcar, que adornan los altares durante las celebraciones dedicadas a los fieles difuntos.
El pan de muerto tiene su origen en la época de la conquista, inspirado por los rituales prehispánicos, y hoy en día es uno de los componentes más importantes que se incluyen en altares y ofrendas.
En estas fechas celebremos la gran tradición mexicana del Día de Muertos con la preparación de una deliciosa pieza de pan para aguardar la visita de nuestros fieles difuntos A continuación te compartimos la receta por cortesía de Lyncott.
Ingredientes
(12-14 porciones individuales)
- 4 cucharadas de levadura
- 4 cucharadas de agua tibia
- ½ taza de harina de trigo (cernida)
- 4½ tazas de harina de trigo (cernida)
- 1 taza de azúcar
- 1 cucharadita de sal
- 3 huevos
- 5 yemas
- Ralladura de una naranja
- 2 barras (180 g) de mantequilla a temperatura ambiente
- 4 cucharadas de agua de azahar (té de azahar)
- 3 cucharadas de agua de anís (té de anís)
- 2 yemas (ligeramente batidas) para barnizar con azúcar para espolvorear
Preparación
- Disuelve en un recipiente la levadura con el agua tibia y media taza de harina. Forma una bola de masa suave y deja reposar como mínimo 20 minutos en un lugar caliente, hasta que esponje al doble de su tamaño. Reserva.
- En una superficie plana coloca en forma de fuente (montaña) la harina restante junto con el azúcar y la sal. Forma un hueco en el centro.
- En el centro de la fuente de harina agrega, poco a poco, huevos, yemas, ralladura de naranja, mantequilla, agua de azahar y agua de anís. Amasa con las manos hasta integrar todos los ingredientes.
- A esta masa hay que agregarle la masa anterior y hay que amasarlas perfectamente hasta incorporarlas en una sola. Déjala reposar en un lugar seco y templado tapado con un paño húmedo (por ejemplo, encima de la estufa apagada) hasta que duplique su volumen. Entre más se deje reposar, es mejor.
- Divide la masa y forma los panes, adornándolos con partes de la misma masa, pero simulando huesos o lágrimas. Hay que pegarlas al pan con un poco de yema de huevo ligeramente batida. Barnizar y espolvorear con un poco de azúcar.
- Coloca los panes en charolas previamente enmantequilladas y hornea a 180ºC de 25 a 35 minutos o hasta que se doren ligeramente.
- Retira del horno y deja enfriar. Espolvorea nuevamente con azúcar. Servir.
¡Listo!
Receta proporcionado por Lyncott.