Una vez que estés abastecida con ingredientes saludables en casa, puedes empezar a pensar en cambios que podrías hacer para cocinar. Por esto es importante comenzar por el principio, revisar la comida que comprarás para consumir en el supermercado. Para ello te presentamos algunos conceptos para ayudarte a tomar mejores decisiones en el supermercado.

[/media-credit] Plantean que alimentos informen en sus etiquetas el periodo en que conservan sus propiedades

• Lee la información nutrimental. La etiqueta de información nutrimental de los empaques es una de las mejores herramientas que tienes para seleccionar alimentos nutritivos y adquirir los productos. Puedes comprar cosas como las calorías, la grasa, las proteínas y el contenido de azúcar entre diversas marcas, lo cual te ayuda a tomar mejores decisiones de compra.
• Haz que tus alimentos básicos diarios sean tan sanos como sea posible. La mayoría de las veces cuando existen opciones de alimentos con grasa reducida, como los aderezos para ensalada, pastas para untar, productos lácteos e inclusive postres, cambiar a la versión baja en grasa puede ahorrarte muchas calorías. Por ejemplo: consumirás menos calorías y mucha menos azúcar si compras yogurt natural y le agregas tu propia fruta, de igual forma puedes sustituir los almidones refinados con granos integrales: prueba el arroz integral, la pasta de trigo integral, el pan y las galletas saladas de trigo integral, la quinoa y la avena en lugar de la crema de trigo.
• Considera lo que esté de temporada. En lo que se refiere a frutas y verduras, las de temporada generalmente son más frescas, a menudo contienen más nutrientes y con frecuencia son menos caras que las que no son de temporada. Si tienes cerca un mercado de frutas y verduras, los productos podrían ser más frescos que los que encuentras en los supermercados, lo que significa que las verduras no se marchitarán tan pronto y que conservarán su valor nutricional.
• Una vez por semana prueba alguna fruta o verdura nueva. Si no estás listo para enfrentarte a un alimento completamente nuevo, puedes empezar poco a poco con una variedad diferente o parecida a un alimento conocido. Las frutas y verduras son saludables, la diversidad es verdaderamente importante para una buena salud. Por ejemplo, si tu ensalada siempre tiene lechuga, cámbiala por espinacas tiernas o prueba un poco de col en su lugar.
• Encuentra maneras de incluir pescado en tu alimentación. El atún y el salmón, buenos fuentes de omega 3, también son prácticos y al alcance de tu bolsillo. Agrega atún en tu salsa para la pasta en lugar de carne molida de res o incluye salmón en una ensalada para así obtener un plato principal rápido, ligero y saludable.

Finalmente recuerda que tus decisiones de compra pueden hacer mucho por fomentar una alimentación saludable para todos, cuando adquieres productos saludables, nutritivos y de calidad para lograr juntos un estilo de vida saludable.