Es bien sabido que una sana alimentación aumenta nuestra sensación general de bienestar. Investigadores de Friedrich-Alexander-Universität Erlangen-Nürnberg (FAU) han descubierto que una dieta rica en fibra puede tener una influencia positiva en las enfermedades inflamatorias conjuntas crónicas, lo que conlleva a tener unos huesos más fuertes.

La clave del efecto que nuestra dieta tiene en nuestra salud son las bacterias intestinales: la flora intestinal saludable consiste en una multitud de especies de bacterias diferentes. Cada adulto lleva aproximadamente 2 kilogramos de bacterias benignas en sus intestinos. Ayudan a nuestra digestión rompiendo la fibra en sus componentes individuales, que luego pueden ser absorbidos por el cuerpo. Un subproducto de este proceso son los ácidos grasos de cadena corta que son importantes para el cuerpo, proporcionan energía, estimulan el movimiento intestinal y tienen un efecto antiinflamatorio. Las bacterias intestinales también luchan contra los patógenos que han encontrado su camino en el tracto gastrointestinal. Se sabe que la flora intestinal puede proteger contra enfermedades o causar enfermedades, dependiendo de su composición. Si las diversas bacterias coexisten de manera armoniosa, pueden proteger la pared intestinal y evitar que deje pasar a los patógenos.

En el último artículo publicado en Nature Communications, los investigadores de FAU demuestran que no son las bacterias intestinales mismas, sino sus metabolitos los que afectan el sistema inmunitario y, por lo tanto, tienen un efecto dominó sobre las enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide. Cómo se comunican las bacterias intestinales y el sistema inmune aún no está claro, y los científicos aún no están seguros de qué se puede hacer para tener un efecto positivo sobre la bacteria. Los investigadores se centraron en los ácidos grasos de cadena corta propionato y butirato, que se forman durante los procesos de fermentación causados por bacterias intestinales. Estos ácidos grasos se pueden encontrar, por ejemplo, en el líquido articular y se supone que tienen un efecto importante en la funcionalidad de las articulaciones.

Los científicos de la FAU bajo el liderazgo del Dr. Mario Zaiss del Departamento de Medicina 3 – Reumatología e Inmunología de la Universitätsklinikum Erlangen pudieron demostrar que una dieta saludable rica en fibra es capaz de cambiar las bacterias intestinales de tal forma que más grasas de cadena corta ácidos, en particular propionato, se formaran. Pudieron demostrar una mayor concentración de ácidos grasos de cadena corta, por ejemplo en la médula ósea, donde el propionato causó una reducción en el número de células que degradan los huesos, disminuyendo considerablemente la degradación del hueso. El propionato, es uno de los ácidos grasos de cadena corta más conocidos, se usa como conservador en la industria de la panificación desde la década de 1950 y se ha verificado y aprobado como aditivo alimentario según las directrices de la Unión Europea.

«Pudimos demostrar que una dieta amigable con las bacterias tiene un efecto antiinflamatorio, así como un efecto positivo sobre la densidad ósea«, explica el Dr. Mario Zaiss, quien dirige el equipo detrás del estudio. «Nuestros hallazgos ofrecen un enfoque prometedor para el desarrollo de terapias innovadoras para enfermedades inflamatorias de las articulaciones, así como para el tratamiento de la osteoporosis, que a menudo sufren las mujeres después de la menopausia. No podemos dar ninguna recomendación específica para una dieta amigable con las bacterias en este momento, pero comer muesli -mezcla de cereales- todas las mañanas, así como suficientes frutas y verduras durante todo el día ayuda a mantener una rica variedad de especies bacterianas«.