De generación en generación, las nueces han sido utilizadas como alimento básico para proveer energía, proteínas, ácidos grasos esenciales y una gran variedad de vitaminas y minerales.

Las recomendaciones anuales de la Asociación Americana del Corazón para una dieta saludable, incluyen a las nueces como uno de los alimentos deseables para mejorar el perfil de grasas en la sangre.

Hoy en día, con el incremento de la incidencia en obesidad y en las enfermedades crónicas relacionadas, se vuelve importante tanto para científicos como para profesionales de la salud entender el papel tan importante que las nueces juegan en la regulación de nuestro peso corporal.

Hasta la fecha no existe evidencia epidemiológica donde se indique que las nueces sean causantes del aumento de peso corporal. En países mediterráneos, donde el consumo de nueces es casi el doble que en Estados Unidos, la tasa de obesidad es significativamente menor.

Un estudio transversal de 800 mujeres estudiantes en España, no encontró diferencia en peso corporal en varias categorías de consumo de nueces que iban desde cero hasta consumo diario.

De la misma manera se han conducido varios estudios (Sabate et al, 1993; Rajaram et al 2001), relacionados con el consumo de nueces, cuyo primer objetivo es medir resultados de riesgos de enfermedad cardiovascular.

En conjunto, los estudios muestran que el consumo de nueces reduce el colesterol, y por lo tanto son recomendadas como parte de dietas saludables para el corazón. Se determinó también que los sujetos que se encontraban en el grupo al cual se le incluyeron nueces en su dieta, tendieron a perder peso y algunos de ellos reportaron quedarse con hambre, por lo tanto, el consumo total de calorías fue incrementado para evitar que perdieran peso.

Por otro lado, el consumo de nueces fue asociado con una actividad física más frecuente e intensa en el Estudio de Salud de las Enfermeras (Hu et al, 1998), y de igual manera se observó esto en el Estudio de Salud de los Médicos. Los resultados mostraron lo siguiente:

1. Saciedad incrementada con el consumo de nueces.
2. El consumo de nueces puede influenciar la termogénesis inducida por la dieta al incrementar el gasto de energía restante.
3. La disponibilidad de los ácidos grasos en las nueces es reducido por una digestión y absorción completa.

Así que ya sabes. Con una dieta balanceada y rica en estos alimentos, podrás obtener una mejor calidad de vida y un buen funcionamiento orgánico; además de que sabiendo combinar y agregar nueces a tu dieta diaria, bajarás de peso.

Fuente (s):

• Comunicado e información de “Quality USA. ¡Ponle energía a tu vida!”. Cifras, estudios y estadísticas publicados en febrero 2010.