Comer bocadillos entre comidas es un hábito saludable que aporta distintos beneficios, como controlar el hambre, mantener estable el metabolismo y el nivel de energía. De acuerdo con información consultada por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO), la clave está en el tipo de alimento y en la aportación nutricional o ingredientes críticos que contengan.
En ese sentido y ante la búsqueda constante de las personas por una mejor alimentación, se encuentran en el mercado diversos productos para satisfacer estas necesidades. Estos suelen anunciarse como “saludables”, cuando en realidad pueden contener más azúcares, sodio o grasas que otros.
Barras de cereal
Un estudio realizado por el laboratorio de PROFECO publicado en la Revista del Consumidor se señala que las barras de cereal se han convertido en un «snack» de moda. Son fáciles de llevar y que suele consumirse como refrigerio, donde la oferta es grande y las marcas comercializan distintas formulaciones entre otros con:
- trigo
- maíz
- avena
- arroz
- frutas secas
- jarabe de maíz
- miel
- azúcar
- soya
- chocolate
- amaranto
- quinoa
- chía
No obstante algunas se exceden en azúcares y/o grasas, nutrientes de los que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha recomendado disminuir su consumo [1].
En este análisis realizado a 22 marcas se determinó que:
- El contenido total de sacarosa, glucosa, fructosa y lactosa debido a que es alto (hasta un 41 % por barra).
- Estos contenidos provienen de la adición de azúcar, mieles o jarabes, como el de alta fructosa o de agave u otros ingredientes.
Asimismo, se verificó el aporte calórico de las muestras, inclusive de las que dicen “sin azúcar adicionada”. Encontrando que:
- Algunas sustituyen al azúcar por jarabe de agave, que proporciona el mismo aporte calórico que el azúcar (4 kcal por gramo).
- Otras la sustituyen por polialcoholes (maltitol o sorbitol) equivalente a aproximadamente 2.4 kcal por gramo.
- Mientras que otras añaden miel de abeja que aporta las mismas calorías que el azúcar.
Abuso del termino “saludable”
LabDO nos destacar que una estrategia utilizada por algunas empresas de alimentos e identificada por especialistas es la de utilizar el término “saludable” en el etiquetado y promoción de productos que no lo son tanto.
En el mes de mayo de este año, en Estados Unidos, la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA por las siglas en inglés de Food and Drug Administration), abrió un proceso público para que los expertos actualicen el uso de dicho calificativo. Esto con la idea de que las fórmulas e ingredientes tengan, de manera probada, una efecto beneficioso para la salud [2].
Símbolo «saludable«
La FDA ha comenzado el proceso para desarrollar un símbolo que la industria pueda usar voluntariamente para etiquetar productos alimenticios que cumplan con la definición actualizada de “saludable”. La FDA ha emitido un aviso de procedimiento sobre la investigación cuantitativa preliminar del consumidor que planea realizar sobre los símbolos que podrían usarse para transmitir la declaración de contenido de nutrientes como «saludable«.
Motivaciones para su consumo
Sobre la ingesta de bocadillos, la Escuela de Salud Pública de Harvard revela que hay varias motivaciones para comerlos [3]:
- hambre
- cultura social / alimentaria
por distracción - aburrimiento
- inseguridad alimentaria
- marketing
Siendo los consumidores emocionales y los que se encuentran bajo estrés psicológico quienes suelen comer bocadillos con mayor contenido calórico [4].
Recomendaciones
En lo que se refiere a las recomendaciones para un buen bocadillo, diversos especialistas sostienen que una porción de éstos debería ser suficiente para satisfacer la necesidad. Pero no al grado de interferir con el apetito en la comida o agregue demasiadas calorías.
Una regla general es apuntar a alrededor de 150-250 calorías por bocadillo. Esto equivale a una manzana con una cucharada de mantequilla de maní o un queso en tiras con 6 galletas integrales.
Hábitos en México
En el caso de México, Mariana Cruz, Out Of Home & Usage Food Manager en Kantar Worldpanel en el contexto de la presentación del estudio a nivel global «Eat, Drink & Be Healthy: ¿Cómo está cambiando el consumo dentro del hogar?«, señaló que: “El 33% de los hogares consume frutas al mediodía y el 21% lo hace a media tarde. Después de cenar, se antoja un snack para final del día por lo que 17% de las ocasiones les gusta comer un pan y lo acompañan con su bebida predilecta, ya sea caliente o fría” [5][.]