“Quienes fuman o han sufrido un infarto o un derrame (accidente vascular) pueden obtener grandes beneficios cardiovasculares de los suplementos de Se, pero todos pueden beneficiarse si toman un suplemento mineral y vitamínico diario”, explica.
El Selenio es un elemento indispensable en mamíferos que no fue descubierto hasta 1957, debido a su función solapada por la vitamina E, en nutrición humana no se observaron signos asociados al carácter esencial del Se hasta 1979. Ese año, dice, un grupo de investigadores establecieron la relación existente entre las bajas concentraciones de este elemento en el área geográfica de Keshan (China) y un trastorno endémico denominado enfermedad de Keshan (miocardiopatía congénita con insuficiencia miocárdica, que afecta a niños de 2 a 10 años y mujeres premenopáusicas).
El Se actúa como antioxidante que bloquea las moléculas nocivas llamadas radicales libres, que dañan el ADN. Es parte de una enzima antioxidante que protege a las células contra toxinas de los alimentos y del medio ambiente, y a menudo se incluye en mezclas antioxidantes junto con vitaminas C y E. De esta manera, puede proteger frente a múltiples afecciones (cáncer, cardiopatías, cataratas y degeneración macular, hasta derrames, incluso envejecimiento celular) que se cree son causadas por el daño de los radicales libres.
Además de ayudar a prevenir la formación de cataratas y degeneración macular, principales causas de visión defectuosa o ceguera en muchos ancianos, también es vital para convertir la hormona tiroidea necesaria para el adecuado funcionamiento de todas las células, de una forma menos activa (llamada T4) a su forma activa (conocida como T3).
También es indispensable para un sistema inmunitario sano; ayuda al organismo a defenderse de infecciones bacterianas y virales, así como de las células cancerosas. Sus efectos como refuerzo inmunitario pueden ayudar a combatir el virus del herpes simple, responsable de las aftas y del herpes zoster. Actualmente está en estudio por su posible eficacia contra el VIH, el virus que causa el sida.
Fuentes dietéticas
Todo el Se de los alimentos proviene del suelo, que puede ser rico o muy pobre en este elemento. El agua es generalmente de poca importancia en el suministro del mismo. Entre los alimentos de origen animal destacan el pescado y mariscos, la carne y las vísceras, y entre los de origen vegetal, las legumbres, los frutos secos y los cereales. Los valores químicos típicos en cada alimento varia, el hígado, el riñón y los mariscos tienen 0.4-1.5 mg/kg, para las carnes 0.1-0.4 mg/kg, para los cereales 0.1-0.8 mg/kg y para las frutas y vegetales menores de 0.1 mg/kg. Los niveles máximos de ingesta sin aparición de efectos adversos son de 400 mg/kg.
Existen especies de plantas acumuladoras de Se, como el ajo, la mostaza india, la canola o algunos tipos de setas que son capaces de incorporar cantidades de Selenio mayores de 1,000 mg/kg sin manifestar efectos negativos.
Diferentes factores pueden influir en el contenido de Selenio en los alimentos, como su tratamiento tecnológico (la cocción puede originar una pérdida de hasta 40% presente por volatilización) o el contenido en Se existente en los suelos de cultivo, por lo cual su concentración es dependiente de la localización geográfica.
Deficiencia
El especialista comenta que en los últimos años, múltiples estudios experimentales realizados en seres humanos han relacionado un bajo estado nutricional en Se con algunas enfermedades, como el cáncer, las enfermedades cardiovasculares, algunas afecciones hepáticas, afecciones inmunológicas y diversas enfermedades inflamatorias, sobre todo a las que afectan a la piel. Para otras enfermedades, como la diabetes (tipo 1 y 2, secundaria a pancreatitis y diabetes gestacional), estudios muy recientes han puesto de manifiesto el papel del Se, ejerciendo un efecto directo en las funciones de la insulina, facilitando el transporte de glucosa al interior de las células, contrarrestando las alteraciones en órganos susceptibles al daño secundario a la diabetes, como por ejemplo el corazón y la neuropatía diabética.
El Se si es insuficiente en el embarazo podría aumentar el riesgo de defectos congénitos (ante todo en el corazón) o quizá el síndrome de muerte súbita en el lactante, los primeros síntomas de la deficiencia incluyen fatiga y debilidad muscular. No obstante, no se debería olvidar que el exceso de Se puede ser tóxico.
Toxicidad
La toxicidad del Selenio depende del compuesto de este elemento, de la especie animal, del tiempo de exposición, de la idiosincrasia a este mineral, del estado nutricional así como de la interacción con otros metales. La intoxicación crónica produce selenosis, que se caracteriza por perdida de pelo, cambios en la morfología de las uñas de los dedos, problemas gastrointestinales, erupción en la piel, aliento a ajo y funcionamiento anormal del sistema nervioso, como somnolencia, nerviosismo y en casos más graves hasta convulsiones.
Otros efectos tóxicos relacionados, menciona el médico Bariatra, son la alteración de la función endocrina y de la síntesis de las hormonas tiroideas y de crecimiento. La Environmental Protection Agency (Agencia de Protección Ambiental) de Estados Unidos estableció que 1.262 g/día de Se es la ingesta con la cual aparecen las manifestaciones clínicas de selenosis.