Según una nueva investigación comer principalmente alimentos de origen vegetal y menos alimentos de origen animal puede estar relacionado con una mejor salud cardíaca y un menor riesgo de morir de un ataque cardíaco, accidente cerebrovascular u otras enfermedades cardiovasculares.
Esto de acuerdo al estudio “Plant‐Based Diets Are Associated With a Lower Risk of Incident Cardiovascular Disease, Cardiovascular Disease Mortality, and All‐Cause Mortality in a General Population of Middle‐Aged Adults” [1], (Las dietas basadas en plantas están asociadas con un menor riesgo de incidencia de enfermedad cardiovascular, mortalidad por enfermedad cardiovascular y mortalidad por cualquier causa en una población general de adultos de mediana edad) publicado en el Journal of the American Heart Association, la Revista de acceso abierto de la American Heart Association/American Stroke Association.“Si bien no se tiene que renunciar a los alimentos derivados de animales por completo, nuestro estudio sugiere que comer una mayor proporción de alimentos de origen vegetal y una menor proporción de alimentos de origen animal puede ayudar a reducir el riesgo de sufrir un ataque cardíaco, accidente cerebrovascular u otro tipo de enfermedad cardiovascular“, afirma el investigador principal del estudio, Casey M. Rebholz, Ph.D., que es profesor asistente de epidemiología en la Escuela de Salud Pública Bloomberg de Johns Hopkins, en Baltimore, Maryland.
Los investigadores analizaron una base de datos de información sobre el consumo de alimentos de más de 10 mil adultos estadounidenses de mediana edad que fueron monitoreados desde 1987 hasta 2016 y no tenían enfermedad cardiovascular al comienzo del estudio. Luego clasificaron los patrones de alimentación de los participantes por la proporción de alimentos de origen vegetal que comieron versus alimentos de origen animal.
Las personas que comieron la mayoría de los alimentos a base de plantas en general tuvieron:
- 16% menos riesgo de tener una enfermedad cardiovascular como:
- ataques cardíacos
- derrames cerebrales
- insuficiencia cardíaca
- y otras afecciones
- 32% menos de riesgo de morir por una enfermedad cardiovascular
- 25% menos de riesgo de morir por cualquier causa en comparación con aquellos que consumieron la menor cantidad de alimentos de origen vegetal.
“Nuestros hallazgos subrayan la importancia de centrarse en su dieta. Puede haber cierta variabilidad en términos de alimentos individuales. Pero para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, las personas deberían comer más verduras, nueces, granos integrales, frutas, legumbres y menos alimentos de origen animal. Estos hallazgos son bastante consistentes con los anteriores sobre otros patrones dietéticos, incluidos los enfoques dietéticos para detener la hipertensión, o la dieta DASH, que enfatizan los mismos alimentos“, dijo Rebholz.
Este es uno de los primeros estudios en examinar la proporción de patrones dietéticos basados en plantas versus animales en la población general, señaló Rebholz. Estudios anteriores han demostrado los beneficios para la salud del corazón de las dietas basadas en plantas, pero solo en poblaciones específicas de personas, como: vegetarianos o adventistas del séptimo día que comen una dieta principalmente vegana. Según el estudio, una futura investigación sobre las dietas basadas en plantas debería examinar si la calidad de los alimentos vegetales (saludables versus menos saludables) afecta las enfermedades cardiovasculares y los riesgos de muerte.
“La American Heart Association -Asociación Americana del Corazón de los Estados Unidos- recomienda comer una dieta basada principalmente en vegetales, siempre que los alimentos que elija sean ricos en nutrición y bajos en azúcares añadidos, sodio (sal), colesterol y grasas saturadas y trans que obstruyan las arterias. Por ejemplo, papas fritas o la pizza de coliflor con queso es de origen vegetal pero tiene un bajo valor nutricional y está cargada de sodio (sal). Los alimentos no procesados, como fruta fresca, verduras y granos son buenas opciones“, dijo Mariell Jessup, MD, directora científica y médica de la Asociación Americana del Corazón.
El estudio fue observacional, lo que significa que no demostró causa y efecto[.]