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Con el inicio del nuevo ciclo escolar, la alimentación saludable y los hábitos sanos son más importantes que nunca para garantizar el bienestar físico, emocional y académico de niños y adolescentes. Así lo subrayó la doctora Isabel Martínez del Río, especialista en Nutrición Clínica Pediátrica, quien llamó a padres, madres y cuidadores a preparar a sus hijos más allá de los útiles escolares.

“El regreso a clases no solo implica comprar libros o mochilas nuevas; es una oportunidad para reforzar una rutina saludable que fortalezca el sistema inmunológico y eleve la energía de los estudiantes”, explicó la también profesora universitaria y experta con certificación europea en nutrición clínica.
De acuerdo con la especialista, una buena nutrición escolar, junto con sueño adecuado, actividad física regular, hidratación constante y manejo del estrés, son pilares fundamentales para el desarrollo físico y cognitivo durante la etapa escolar.
1. Alimentación escolar: el motor del aprendizaje
Una alimentación balanceada permite que los menores se concentren, retengan información y enfrenten los retos escolares con energía. Según la doctora Martínez del Río, el lunch escolar debe incluir:
- Proteína magra (pollo, pescado, huevo, legumbres, lácteos bajos en grasa)
- Frutas frescas ricas en vitaminas y fibra
- Cereales integrales (pan integral, avena, arroz integral)
- Evitar alimentos procesados como dulces, frituras y refrescos
2. Dormir bien para aprender mejor
Dormir entre 8 y 10 horas diarias es crucial. Un sueño reparador:
- Mejora la concentración y la memoria
- Regula el estado de ánimo
- Estimula el crecimiento físico y la consolidación del aprendizaje

3. Hidratación: clave para la concentración
El consumo suficiente de agua influye directamente en el rendimiento escolar. La deshidratación puede causar fatiga, dolores de cabeza y pérdida de atención. Se recomienda evitar bebidas azucaradas y optar por agua simple durante toda la jornada.
4. Manejo del estrés: equilibrio emocional
La vuelta a clases puede generar presión. Por eso, es importante crear entornos que promuevan el equilibrio entre responsabilidades y tiempo libre:
- Espacios para el juego libre
- Actividades creativas
- Rutinas claras para tareas escolares
Esto favorece la salud mental y previene la sobrecarga emocional en niños y adolescentes.

5. Ejercicio diario: salud física y emocional
La actividad física regular ayuda a:
- Mejorar la atención en clase
- Fortalecer el sistema inmunológico
- Estimular el crecimiento y mantener un peso saludable
El juego activo y los deportes deben ser parte de la rutina escolar.
Bienestar integral para un mejor aprendizaje
Isabel Martínez del Río, miembro de diversas sociedades médicas nacionales e internacionales, enfatizó que una nutrición sana y un estilo de vida activo impactan directamente en la salud emocional de los estudiantes, fortaleciendo su autoestima y confianza.
“No se trata solo de prevenir enfermedades, sino de brindar a niñas, niños y adolescentes las herramientas para aprender, relacionarse y desarrollarse plenamente”, concluyó.