“En el trastorno por atracón se ingiere una cantidad de alimentos superior a lo que dos o más personas podrían ingerir. Esta acción se lleva a cabo en menos de dos horas, incluso en minutos y la principal característica es, sobre todo, la pérdida de control”, afirmó en conferencia el Dr. Alejandro de Jesús Caballero Romo, Psiquiatra especialista en Trastornos de la Conducta Alimentaria.
El Dr. Caballero Romo, destacó que el paciente con este trastorno come sin tener hambre y de forma rápida, al punto en el que solamente se detendrá cuando sienta molestias físicas como dolor abdominal o se haya terminado la comida.
Mencionó que muchas veces el paciente hace atracones de manera aislada por pena; ya que puede sentirse culpable o decepcionado de sí mismo al considerar que no puede manejar esta situación y puede sentir un gran malestar físico y emocional después del atracón.
“El trastorno por atracón (TA) es una condición mental seria, reconocida por primera vez en el 2013 como un desorden específico de la conducta alimentaria el cual se caracteriza por la falta de control en la ingesta de la cantidad de alimentos superior a la que la mayoría de las personas ingerirían en un periodo similar y en circunstancias parecidas”, informó el especialista.
El psiquiatra indicó que los pacientes saben que tienen atracones desencadenados pero es un padecimiento que pasa desapercibido para las personas que lo rodean.
Señaló que desde el punto de vista emocional se observa un gran deterioro de la autoestima del paciente, sentimientos de inadecuación social, aislamiento, desarrollo de trastornos afectivos, trastornos de ansiedad o incluso de adicciones.
“El impacto económico de este trastorno tiene que ver con la comorbilidad que tenga, sobre todo si se traduce en alteraciones médicas (obesidad, diabetes, hipertensión) o psiquiátricas (depresión o ansiedad). En este sentido las discapacidades laborales o el costo de la atención de estas se incrementa”.
Indicó que es un padecimiento más frecuentemente observado entre los 20 a los 40 años de edad, pero que también se ven casos en niños y adolescentes, así como en edades posteriores a los 40 años.
Puntualizó que el trastorno por atracón no es sinónimo de obesidad y que es más frecuente en mujeres (2:1), mientras que la bulimia y anorexia la padecen 10 mujeres por cada hombre.
A su vez, el especialista pidió concientizar e informar que esta enfermedad no es decisión del paciente, implica alteraciones neurobioquímicas y tampoco es cuestión de falta de voluntad, ya que es un trastorno que no puede controlarse.
Anunció que el tratamiento para el trastorno por atracón debe ser integral y de índole psiquiátrica, y a diferencia de otros trastornos psicológicos sí debe tratarse específicamente con fármacos que ayudarán a mejorar la calidad de vida del paciente.
Por su parte, el Dr. Armando Barriguete Meléndez. Director de la Clínica de Trastornos de la Conducta Alimentaria en el Hospital Ángeles Polanco y Puebla, subrayó que una población informada es una población que mejor responde y acude a los servicios y genera incluso acciones preventivas, por lo tanto se debe hacer campañas de apoyo a la psicoeducación para prevenir conductas de riesgo alimentarias.
Declaró que el trastorno por atracón tiene una prevalencia del 1.9% en el mundo y que a pesar de su desconocimiento es más común que la anorexia y la bulimia juntas.
Agregó que “hasta el momento se estima que en México la prevalencia es del 1.6%, de los cuales 60% son mujeres y 40% hombres, pertenecientes a cualquier nivel socioeconómico y de todas las edades, lo cual lo convierte en un problema de salud pública y social”.
El especialista aclaró que los episodios de atracón se asocian a 3 o más de los siguientes hechos:
- Comer mucho más rápidamente de lo normal.
- Comer hasta sentirse desagradablemente lleno.
- Comer grandes cantidades de alimentos cuando no se siente hambre físicamente.
- Comer solo, debido a la vergüenza por la cantidad de comida ingerida.
- Sentirse deprimido y disgustado de uno mismo.
Finalizó mencionando que a pesar de su gravedad la recuperación total es posible. “El médico indicado para atender este problema es el psiquiatra y su abordaje debe ser integral, por medio de psicoterapia, tratamiento farmacológico, orientación nutricional, apoyo de la familia y que se tenga como objetivo la disminución de la frecuencia de los atracones, el pensamiento distorsionado relacionado con los alimentos, mejorar la salud metabólica y regulación de emociones”, concluyó.