Seguramente en más de una ocasión has detectado un olor desagradable proveniente del aliento de la persona que se encuentra junto a ti y lo asocias con una mala higiene bucal o descuido personal. De ahí que sea importante saber que frecuentemente las personas que sufren de halitosis lo desconocen, debido a la incapacidad para oler su propio aliento o porque lo han mantenido durante mucho tiempo.
El mal olor en la cavidad bucal se relaciona, principalmente, con bacterias localizadas en la lengua y en el surco gingival que por su extensión retienen restos de comida y desechos descompuestos, tanto por la población microbiana como por la producción de compuestos volátiles de sulfuro.
No obstante, existen otros factores en el origen del mal aliento, entre ellos, caries, gingivitis, descomposición y sabor fuerte de algunos alimentos. Además, una fuerte halitosis también es resultado de otras enfermedades, entre ellas la provocada por la bacteria Helicobacter Pylori, de ahí que precisar la procedencia del olor del mal aliento no sea una tarea fácil.
De acuerdo con especialistas en gastroenterología, la presencia del Helicobacter Pylori produce mal aliento debido a la producción de sulfuros y otros gases como el amonio.
Esta infección se propaga por medio de los alimentos y agua contaminados, pero también por el contacto directo de boca a boca. En la mayoría de los casos se adquiere durante la niñez, sobre todo zonas sobrepobladas y con una sanidad deficiente.
Una de las primeras pruebas que se realizan ante la sospecha de existir la bacteria es la prueba de aliento, también conocida como prueba de urea que detecta la existencia de la bacteria y del tratamiento adecuado en el paciente para que ésta se elimine; el tiempo de duración de la prueba es de aproximadamente 30 minutos, tiempo que transcurre desde la primera toma de la urea hasta que se mide en el aliento.
La realización de la prueba requiere una preparación previa que inicia con la suspensión de ciertos medicamentos para evitar que se altere falsamente el resultado de la prueba; ésta consiste en la administración de una cápsula que genera una reacción química al contacto con la bacteria, lo que libera iones de hidrógeno que se miden en el aliento y con ello se detecta la infección, comentó el doctor Genaro Vázquez-Elizondo, especialista en Neurogastroenterología y motilidad digestiva e investigador del Sistema Nacional de Investigadores (SNI).
El experto señaló que es importante detectar la bacteria porque es causante de muchos problemas digestivos, como gastritis atrófica, la dispepsia y las úlceras. Los signos más comunes para saber que algo no anda bien son pérdida de peso, dolor abdominal, anemia, persistencia de síntomas pese a cambios en el estilo de vida, inicio de síntomas después de los 50 años; lo que puede implicar hasta el desarrollo de un cáncer gástrico.
Para el tratamiento, no basta con una higiene bucal o atención dental, sino que deben recetarse antibióticos especiales más un inhibidor de bomba de protones (IBP’s) que ayuden a erradicar el Helicobacter Pylori del organismo.
Este tratamiento debe ser indicado por un médico, quien debe dar seguimiento hasta cumplir el periodo necesario y seguir las medidas dietético-higiénicas, para que pueda controlar o erradicar la infección.
Finalmente, el doctor Vázquez, explicó que, una vez concluido el tratamiento, la persona podrá dejar de tener esa halitosis y regresar a su vida normal.