En el marco del Día Internacional de la Lucha Contra el Cáncer de Mama, que se conmemora el 19 de octubre, educadoras en diabetes exploran la relación que existe entre este tipo de cáncer y la diabetes, aunque ésta no sea clara y no exista consenso en la literatura médica, ya que, al conocer más sobre lo que sí se sabe, se posibilita una mejor atención médica al paciente en ambos frentes, tanto en aspectos de detección oportuna, tratamientos, ajustes en el estilo de vida y demás medidas que impulsen su salud y su bienestar integral.
Estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) indican que el cáncer de mama es la principal causa de mortalidad en las mujeres. En 2020, alrededor de 685 mil mujeres fallecieron como consecuencia de esa enfermedad.
De acuerdo con una investigación realizada por médicos de Johns Hopkins, los pacientes con cáncer de mama tienen casi un 50% más de probabilidades de morir por cualquier cosa si también tienen diabetes.
Ante este panorama, la Lic. Arlette Ramírez, educadora en diabetes de Ultra-Fine™, menciona que “enfrentar un diagnóstico de diabetes no es cualquier cosa, implica muchas emociones al representar pérdida de salud y cambios considerados ‘estrictos’ en el estilo de vida».
«Lo mismo sucede ante un diagnóstico de cáncer de mama, pero, al ser percibido como algo más amenazante y mortal, tiende a opacar la atención que merece el cuidado de la diabetes, dejándola de lado cuando realmente es una enfermedad sistémica importante que afecta de muchas formas diferentes partes del cuerpo si no es controlada adecuadamente”.
Las personas con diabetes tienden a ser diagnosticadas con cánceres de mama en etapas más avanzadas y a recibir regímenes de tratamiento alterados y potencialmente menos efectivos. La mayor tasa de mortalidad también puede estar relacionada con el hecho de que llegan al tratamiento del cáncer de mama menos saludables que sus contrapartes sin diabetes.
Si se vive con diabetes al mismo tiempo que con cáncer, es fundamental que se mantenga un control adecuado de los niveles glucémicos durante y después del tratamiento oncológico, para un mejor pronóstico en sus resultados y calidad de vida del paciente, refirió la especialista.
Los pilares elementales para llevar un buen manejo de la diabetes son:
- alimentación saludable,
- activación física y ejercicio,
- manejo de las emociones y tratamiento farmacológico (ya sean medicamentos orales, aplicaciones de insulina o ambos).
En caso de indicación de insulina, para que funcione de forma exitosa, se deben seguir las recomendaciones oficiales para una técnica correcta de inyección: usar agujas ultra finas y cortas (de 4mm para plumas precargadas y 6mm para jeringa convencional) para que la insulina sea depositada en el tejido subcutáneo, rotar los sitios de inyección constantemente, no reutilizar las agujas, entre otros lineamientos que llegan a dominarse con educación en diabetes, disciplina y práctica que se convierten en parte del día a día.
“Todo esto debe ser llevado de la mano de los médicos tratantes y equipo de profesionales de la salud, tanto para el cáncer como para la diabetes, en conjunto con la misma prioridad e importancia”, agrega Ramírez.
Los pacientes con diabetes tienen un mayor riesgo que la población general de desarrollar cáncer, y los pacientes con diabetes tienen una mayor incidencia y mortalidad por cáncer de mama.
El objetivo de la Iniciativa Mundial contra el Cáncer de Mama de la OMS, es reducir en un 2,5% anual la mortalidad mundial por esa enfermedad, con lo cual entre 2020 y 2040 se evitarían 2,5 millones de muertes a nivel mundial.
En caso de cumplirse ese objetivo, para 2030 se evitaría el 25% de las muertes por cáncer de mama entre las mujeres menores de 70 años, y para 2040 esa cifra sería del 40%. Los tres pilares para alcanzar dicha meta son: la promoción de la salud para una detección precoz; el diagnóstico oportuno; y la gestión integral del cáncer de mama.