¿Es segura la aplicación de insulina durante el embarazo?
¿Desarrollaste diabetes gestacional? Especialistas advierten sobre la importancia de mantenerla bajo control, para llevar un sano embarazo y minimizar el riesgo de que tú o tu bebé desarrollen diabetes tipo 2.
Como su nombre lo indica, la diabetes gestacional es aquella diabetes que se diagnostica por primera vez durante el embarazo.
La glucosa sanguínea suele volver a la normalidad poco después del parto, sin embargo, si se ha cursado con diabetes gestacional, se tiene mayor riesgo de contraer diabetes tipo 2.
Aunque no se saben las causas exactas de porqué algunas mujeres contraen diabetes gestacional y otras no, el exceso de peso corporal antes del embarazo juega un papel importante.
Marisol Olarra, educadora en diabetes de BD Ultra- Fine, explica que “la diabetes gestacional no está relacionada con el páncreas como la tipo 1 y tipo 2. Se relaciona más con las hormonas propias del embarazo que compiten con la insulina, obstaculizando su trabajo”.
“Al terminar la gestación toda esta situación hormonal se normaliza, incluidos los niveles glucémicos en sangre, por eso se dice que es el único tipo de diabetes que tiene cura. Claro que el progreso de cada embarazo varía y depende de cada paciente, ya que al ser un factor de riesgo para desarrollar diabetes tipo 2, debe estar bajo un adecuado control y cuidado”.
Una de las inquietudes más comunes ante la diabetes gestacional y el control de los niveles glucémicos gira alrededor de la insulina: ¿Es seguro aplicar insulina durante el embarazo para mí y/o para el bebé?
Olarra responde: “Sí, es totalmente seguro para ambos, puesto que la insulina no atraviesa la barrera placentaria. Si se aplica correctamente, la insulina apenas se deposita en el tejido subcutáneo, que es donde debe estar para hacer su trabajo efectivamente”.
“La inyección es muy superficial, no lastima ni a la mamá ni al bebé. Por el contrario, va a beneficiar la salud metabólica de ambos, ya que está comprobado científicamente que es un tratamiento óptimo para el control de la diabetes en cualquiera de sus variantes”.
Lo más importante aquí, de acuerdo con la experta, es que el uso de insulina sea indicado y supervisado por el médico tratante y equipo de profesionales de la salud. A la par, se vigila la alimentación y la actividad física de la futura mamá para cubrir los tres pilares del cuidado de la diabetes de cualquier tipo.
Ahora que sabemos que la aplicación de insulina es segura, ¿cómo hacerlo de manera adecuada?
Para aprovechar el tratamiento al máximo y de manera efectiva, Olarra nos hace las siguientes recomendaciones para lograr una correcta técnica de inyección de insulina:
- Utilizar agujas ultra finas y cortas, de 4mm para dispositivos tipo pluma con insulina precargada y de 6mm para jeringa convencional con vial. Esto coloca la insulina en el tejido subcutáneo, fomenta la adherencia al tratamiento y minimiza el dolor al grado de hacer la punción casi imperceptible.
- Como cualquier otra persona que vive con diabetes, se deben rotar los sitios de inyección periódicamente: brazo (parte superior trasera, NO donde nos ponen las vacunas), muslo (parte externa), glúteo y abdomen (a dos o tres dedos del ombligo).
- Cuando se trata del abdomen, es seguro durante los primeros 2 trimestres del embarazo. Durante el último trimestre del embarazo, se recomienda ya no inyectar en el abdomen, y continuar con la rotación en los demás sitios predilectos de inyección. Siempre consulta con tu médico.
- Evita reutilizar los instrumentos de inyección, están diseñados para ser utilizados solo una vez. La mala práctica del reúso puede provocar complicaciones como alteración en la dosis de insulina, daños en la piel, dolor al momento de la inyección, entre otros.
“Planear el embarazo es fundamental para prevenir cualquier tipo de complicación, incluida la diabetes gestacional, sobre todo si se vive con obesidad o con riesgo de desarrollar diabetes. En esta planeación se deberán implementar ciertos lineamientos previo, durante y posterior al periodo de gestación, impartidos y supervisados por el médico tratante y/o equipo de profesionales de la salud que vigilen tanto el embarazo como la salud metabólica de la futura madre”, finaliza. [.]