Adoptar un hijo es una decisión importante que puede generar muchas dudas. Lo primero es determinar si se tratará de un bebé o de un niño más grande.

La Adopción es incluir en el seno de una familia a un menor o incapacitado que no sea consanguíneo, otorgándole los mismos derechos y obligaciones que tendría un hijo biológico. Los padres también adquieren derechos y obligaciones con respecto a su hijo, y la obligación de darle nombre y sus apellidos.

Hace una década, hablar de adopción generaba muchos tabúes en nuestro país, pero gracias a la apertura en los medios de comunicación y en la sociedad en general, además del trabajo realizado en los centros especializados, se ha logrado avanzar en el conocimiento de la adopción, eliminando miedos infundados que llevaban a ocultar a los hijos su condición de adoptados.

Los padres deben prepararse respecto a la adopción que pretenden (o que ya realizaron) a fin de ser asesorados en el aspecto médico, cultural, legal y social para evitar que se contaminen con información que generalmente no es la más correcta.

No existe cultura de adopción respecto a la de niños mayores y discapacitados. Quienes quieren adoptar, se inclinan siempre por un recién nacido, negándole incluso la adopción a niños pequeños (de 3 a 5 años). Los mayores de 6 años tienen más dificultad para ser adoptados pues algunos padres adoptivos piensan que no podrán “moldearlos “ a su estilo de vida y que ya no podrán “sanar” las vivencias de los niños.

Según datos estadísticos del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), en los últimos 3 años en una casa hogar de esta dependencia, sólo fueron adoptados dos menores varones de una cantidad de 105 niños, lo que indica que aún existen tabúes, temores y creencias que impiden que se lleve a efecto una adopción en niños de estas condiciones.

Quizá una de las razones sea la fuerte creencia de que al adoptar un bebé, es más fácil la integración de la familia. Además de que existe la posibilidad de vivir cada etapa del crecimiento de un hijo.

Lo que hay que tener en cuenta es que en cada etapa del desarrollo de un niño, se experimentan emociones bellas y diferentes, y todas sin excepción, son de igual importancia. El vínculo afectivo que se establece entre padres e hijos no depende de la edad del menor, más bien tiene que ver con la dedicación, atención, amor y paciencia que se le otorgue.

Por otro lado, están los niños discapacitados, quienes, desde nacidos experimentan el rechazo de sus padres biológicos y el de la sociedad en general. Si no existe consciencia ni cultura para integrar a los discapacitados, mucho menos personas valientes y conscientes que les otorguen una oportunidad de crecimiento dentro del seno de una familia adoptiva.
A pesar de la falta de información y los prejuicios que existen en muchas personas, debemos pensar en darle la posibilidad de vivir con una familia y ser amado, a niños mayores, discapacitados, víctimas de abandono o maltrato.
Si deseas adoptar a un niño o una niña y brindarle la oportunidad de crecer en un ambiente lleno de amor, así como darte a ti la oportunidad de saber lo que es ser padre, puedes obtener mayor información en www.vifac.org o al 01 800 3622207.