Muchas veces, al iniciar una relación de pareja, pensamos que todo será mágico y perfecto, como en los cuentos de hadas o en las novelas, en donde el amor es lo único que hace falta para ser feliz. Solemos pensar ésto cuando la relación comienza como una historia maravillosa, en donde el amor se vive intensamente y todo parece ser color de rosa; sin embargo, con el tiempo y la rutina diaria, estas sensaciones comienzan a disminuir, dando pie a conflictos y desencantos que nos hacen dudar de esta idea, ya que, en ocasiones, no logramos entender qué es lo que está sucediendo en la relación, por qué ya no sentimos lo mismo o por qué pensamos que algo no está bien.
Esto se debe en parte a que nadie nos enseña cómo llevar una relación; es decir, aprendemos por medio de la observación, la identificación con nuestras figuras más cercanas y por medio de nuestra propia experiencia; sin embargo, siempre es importante saber en qué consiste una relación, para poder cambiar y mejorar aquello en lo que estamos fallando y, por lo tanto, aprender a buscar soluciones y prepararnos para construir una relación más saludable.
Debemos saber detectar en qué momento una relación deja de ser saludable; por ejemplo, cuando existen faltas de respeto entre la pareja; es decir, maltrato físico, verbal o emocional; conductas controladoras o abusivas; falta de compromiso y engaños. Estos indicadores nos transmiten que algo no está bien, y que es momento de buscar ayuda y trabajar en estas cuestiones.
Por otro lado, sabemos que una relación es saludable cuando el vínculo con la pareja es estable, seguro, basado en el amor, la intimidad y el compromiso; cuando conocemos al compañero tal como es, es decir, aceptando y respetando tanto lo bueno como lo malo, sus fortalezas y debilidades y, junto con esto, ayudarlo a crecer como persona.
El amor es esencial para establecer un vínculo con la pareja y lograr una relación. No obstante, existen varios aspectos en los que se debe trabajar para que la relación sea equilibrada y saludable:
Comunicación: Se refiere no solamente al hecho de platicar mucho con la pareja, sino a poder hablar sinceramente y abiertamente de pensamientos, sentimientos, sueños, expectativas, etc. Se debe hablar claro para evitar malentendidos, para resolver problemas, para sentirse escuchado y entendido y, sobre todo, para establecer un vínculo real y honesto con el otro.
Respeto: Respetar incluye estar junto a esa otra persona por quien realmente es y aceptarlo con sus fortalezas y debilidades. También consiste en escucharlo y entender lo que le sucede sin agredirlo, ofenderlo o hacerle sentir mal.
Asimismo, se trata de respetar las decisiones del otro, aceptando un “no” como respuesta sin forzar la situación. En una relación, el respeto significa que cada persona valora quién es el otro, lo entiende y nunca fuerza sus límites.
Confianza: En ocasiones todos llegamos a sentirnos celosos de nuestra pareja, pues es una emoción natural pero lo importante es cómo reaccionamos ante estos celos. Asimismo, la confianza incluye el sentirnos aceptados y amados para poder tener comunicación. No es posible tener una relación sana si no somos honestos y confiamos en el otro, y viceversa.
Apoyo: Las parejas deben apoyarse tanto en los momentos malos como en los buenos. En una relación saludable, la pareja ofrece su hombro para llorar las penas y acompaña a celebrar los éxitos que el otro o ambos puedan tener. Asimismo, la pareja debe ayudarse a la hora de tomar decisiones Identidad: En una relación saludable cada uno tendrá que renunciar a ciertas cosas por el otro, sin que esto signifique dejar de ser quien eres; más bien, seguir siendo tú mismo, con tu espacio y tu vida e incluir y compartir esto con tu pareja. A la par se pueden hacer muchas cosas juntos.
Justicia e igualdad: Es muy importante que en una relación haya equilibrio entre dar y recibir. No se trata de que todo sea exactamente igual, sino de que entre los dos puedan llegar a acuerdos y negociar, para no dejar que la relación se convierta en una lucha de poder. Se trata de lograr trabajar en equipo. La vida en pareja puede llegar a ser maravillosa, siempre y cuando nos permitamos amar y nutrir día a día una relación equilibrada y saludable.
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