Las fiestas navideñas siempre nos dejan con kilos demás, cansadas y con la piel hecha un desastre. Por supuesto hay que empezar el año bien y para eso es importante darnos un tiempo y aprovechar para regenerar nuestra piel.
Como sabemos, la piel es el órgano más extenso del cuerpo humano y una de sus funciones es la protección contra los agentes externos; pues es ella, el reflejo de nuestro bienestar interno y nuestra carta de presentación.
Los factores que dañan la salud de nuestra piel en esta temporada de fiestas son:
• El estrés: causado por los compromisos de fin de año, el buscar el detalle para cada uno de nuestros seres queridos, el aumento de actividades y de tráfico.
• Tabaco: En las fiestas y posadas se consumen en promedio más cigarros, además de mayor exposición al humo por fuegos artificiales y fogatas.
• Alcohol: Casi siempre en el fin de año entre las festividades se consumen unas copas y se brinda por el año nuevo.
• Contaminación: En esta época de inversiones térmicas y por los factores relacionados al clima, aumentan los contaminantes.
• Radiación ultravioleta: La exposición a rayos ultravioleta pasa desapercibida por el clima frío, pero hay que recordar que estamos expuestos a rayos ultravioletas aunque no haya sol.
• Clima frío: Por encontrarnos en el hemisferio norte, en el fin de año estamos en invierno, lo cual nos expone a los embates del frío.
Todos los factores anteriores producen daño a nuestra piel, ya que contribuyen a la formación de radicales libres, que son moléculas inestables con gran poder reactivo, ajenas o extrañas al cuerpo que en exceso aceleran el proceso de envejecimiento celular: se produce un desequilibrio y provocan un daño a las estructuras de sostén de la piel como *colágeno, *elastina y *ácido hialurónico.
Pero, ¿Qué hacer?
1. Limpieza. La combinación de sudor, maquillaje y los productos que aplicamos brindan una apariencia «sana» a la piel sin brillo. Sin embargo, la presencia de células muertas debe removerse, por lo que la limpieza es esencial en la rutina del cuidado diario de la piel, se debe realizar mañana y noche. En el mercado existe una variedad de productos para la limpieza diaria, es importante elegir los más adecuados para el tipo de piel de cada persona.
2. Emolientes y Humectantes. El clima frío no ayuda mucho a la piel debido a que se produce una contracción, con metabolismo lento y disminución en la producción de sebo. Como resultado, la piel se seca y es necesario repararla con la utilización de los emolientes y humectantes cosméticamente más aceptables y efectivos para cada persona.
3. Antioxidantes. No debemos olvidar la utilización tópica o ingerir bebidas y alimentos ricos en antioxidantes. Los más importantes son la vitamina C y E, que neutralizan los radicales libres, previniendo el daño a la piel.
4. Protección solar. La protección solar es importante aún en la temporada invernal. La radiación ultravioleta traspasa la capa de ozono, por lo que se debe utilizar un filtro solar adecuado para cada tipo de piel. Su uso debe ser en cantidad abundante en zonas expuestas y aplicarlo 30 minutos antes de salir y repetir al mediodía. En el caso de lugares con sol o frío extremo, se debe aplicar hasta cada 4 horas.
5. Estilo de vida sano de la mujer actual. Por último es aconsejable una alimentación sana y balanceada, hacer ejercicio para mantenerse en forma, hidratarse adecuadamente pues te hará sentirse bien. Todo ello conforma el estilo de vida sano de la mujer actual.
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Glosario:
Colágeno: Proteína del cuerpo humano que proporciona firmeza a los tejidos. Su pérdida se manifiesta en arrugas, falta de elasticidad en cabello y piel, labios más delgados y fragilidad en uñas.
Elastina: Sustancia natural que posee la dermis -capa media de la piel- y que es responsable de la elasticidad cutánea.
Ácido Hialurónico: Componente esencial de la piel, que sirve como soporte del colágeno y las fibras de elastina. Su función principal es mantener la piel lisa e hidratada, ya que retiene el agua en un porcentaje equivalente a 1,000 veces su peso. Por ello reconstituye las fibras que sostienen los tejidos de la piel.