Los pies de las personas con diabetes están en peligro. Pues 50% desarrollará neuropatía diabética, alteración orgánica que, temporal o permanentemente, daña el tejido nervioso, lo que origina el llamado pie diabético, advierte la doctora Guadalupe Castro Martínez, jefe de Medicina Interna en la Unidad Médica de alta especialidad Carlos MacGregor del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

“Este trastorno provoca piel seca, afecta la sensibilidad, causa un andar anormal y aumenta el riesgo de lesiones en el pie, las cuales pueden infectarse, ulcerarse, gangrenarse e incluso requerir amputación”, señala.

Debido a que la neuropatía diabética presenta una importante pérdida de sensibilidad, “en algunas ocasiones la persona con diabetes no percibe ninguna lesión, y si la detecta, como no siente dolor o molestias, le resta importancia a la destrucción del tejido con infección grave o a las alteraciones en la circulación (gangrena), lo que termina con amputación del miembro afectado”, explica.

Sugiere que en consulta médica, “el especialista revise si el enfermo presenta adormecimiento de los pies, ardor en las piernas, calambres o sensación de piquetes de alfiler. También si siente dolor cuando las sábanas rozan su piel, si al bañarse distingue entre el agua fría y caliente, si los síntomas empeoran durante la noche; además si las piernas le duelen al caminar, si ha observado úlceras en sus pies, y si la piel de éstos se encuentra seca o agrietada”.

Además recomienda una dieta saludable, ejercicio, medicamentos para regular la diabetes, así como aseo diario de los pies, secárselos con cuidado, especialmente entre los dedos. Cortarse las uñas en línea recta y limarse los bordes. Utilizar calzado cómodo, medias o calcetines. En caso de que los pies cambien de color o forma, debe consultar de inmediato a su médico”, puntualiza.