¿Por qué sentimos miedo?

¿Qué es el miedo?

“El miedo es un sufrimiento que produce la espera de un mal”

Aristóteles (384 AC-322 AC) Filósofo griego.

Muchos de nosotros hemos experimentado el miedo alguna vez en nuestra vida identificando, incluso, aquello que nos da temor y a lo que no podemos hacerle frente. Pero, ¿Qué es el miedo?, ¿Por qué lo sentimos y por qué se nos hace tan desagradable?, ¿Cómo podemos enfrentarlo? En este artículo revisaremos estas y otras preguntas relacionadas con el miedo, con la finalidad de poder identificar cuándo, cómo lo experimentamos y qué podemos hacer al respecto.

En términos generales, el miedo es un estado emocional negativo que se caracteriza por una sensación desagradable ligado a que se está o se puede estar en peligro. Es importante destacar que el miedo se experimenta cuando se tiene identificado aquello que nos provoca temor, y reaccionamos ante la simple idea de que algo “inquietante” pueda suceder. Por ejemplo: Cuando una persona teme viajar en avión, la sola idea de pensar que lo va a hacer le atemoriza.

Ahora bien, el miedo también constituye un mecanismo biológico que se desata como señal de alarma ante un peligro potencial y que contribuye al instinto de auto conservación. Por lo tanto, en algunas ocasiones el miedo nos lleva a actuar con cautela y precaución, lo cual es adaptativo. Si tenemos que cruzar una gran avenida, lo más seguro es que lo hagamos cuando estemos seguros de que no viene ningún automóvil, por miedo a ser atropellados, lo cual nos hace ser precavidos. Entonces, hay ocasiones en las que el miedo puede jugar un papel importante a nuestro favor, sin embargo ¿Qué sucede cuando el miedo empieza a ser un obstáculo en nuestras vidas? Cuando el miedo comienza a ser un factor que impide que llevemos a cabo nuestras actividades de manera normal es cuando se convierte en un malestar que debe ser tratado.

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¿De dónde viene el miedo?

Los miedos están asociados al momento de desarrollo que estemos atravesando y se caracteriza por tres condiciones: a) la posibilidad de que un factor externo genere peligro, b) la posibilidad de que la persona se encuentre o que por sí misma se ponga en la situación de peligro, c) la manera en la que internamente se viven los acontecimientos anteriores. Ejemplifiquemos de manera general lo anterior para ver cómo se relacionan estos puntos con la etapa de desarrollo en que se presenta el miedo.

La posibilidad de que un factor externo genere peligro.
El miedo se empieza a gestar cuando nos damos cuenta de que puede haber algo que nos ponga en peligro. Pensemos que un niño pequeño teme a la oscuridad porque piensa que algo le puede pasar cuando se encuentra en un cuarto obscuro. Un adolescente, puede tener miedo de enfrentarse ante un importante examen porque siente que algo puede salir mal. Y un adulto puede temer, a hablar en público por las consecuencias que puede generar. En estos casos, vemos que en un primer momento se ha identificado una situación que puede ser potencialmente amenazante.

La posibilidad de que la persona se encuentre o que por sí misma se ponga en la situación de peligro

Una vez que se ha identificado que algo pude llegar a ser dañino, el siguiente paso es la posibilidad de encontrarse ante tal situación. Siguiendo con los ejemplos anteriores, el niño que teme a la oscuridad evitará entrar a su cuarto con la luz apagada o sentirá temor ante la posibilidad de que se vaya la luz en su casa. El adolescente que teme presentar un examen sentirá este malestar cada vez que tenga que realizar una prueba en la escuela y tratará de evitarlo. El adulto que teme hablar en público difícilmente dará su opinión ante un grupo de personas y buscará, más bien, pasar desapercibido. En estos casos se tratará de evitar estar o ponerse en situación de peligro.

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La manera en la que internamente se viven los acontecimientos anteriores

Éste es, quizás, el punto más importante porque explorarlo nos permitirá llegar a la raíz del miedo, es decir al momento en el que se gestó y cuáles son las consecuencias que puede haber. No es lo mismo el niño que teme a la oscuridad porque siente que puede ver un monstruo, al que teme a la oscuridad porque siente que se puede hacer daño físicamente o al que teme que en la oscuridad no estarán sus padres. Es diferente el joven al que le da temor presentar un examen porque piensa que puede reprobar y tener dificultades en casa, al que siente que un examen lo pone a prueba en frente de su grupo, o al que le da miedo porque teme al profesor. Si un adulto no puede hablar en público será, quizás, porque piense que se burlarán de él, o porque siempre que lo ha hecho se queda sin habla.

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