¿Por qué siempre me siento la víctima?

Victimización

Sentirnos la víctima es algo de lo más cotidiano, al menos en una sociedad como la nuestra. Lo que vale la pena reconocer es cuando sí, y cuando no hay motivos para sentirse de esa manera.

Cuando hay una víctima es porque también hay un agresor. Ese largo camino de “victimización” se puede comenzar a sentir cuando sí hubo un acto violento, psicológico, o físico. Lo importante es no quedarse estacionado en ese hecho.

Quien se victimiza es una persona que percibe al mundo como si fuera el foco de todas las agresiones posibles, cuando siente que todo el mundo está en su contra”, explica la Psict. Fernanda Muñoz, miembro del Instituto Humanista de Psicoterapia Gestalt.

Puede ser que el momento en que fuiste violentad@ sí existió y es real, en ese instante te vuelves la víctima, te cierras y te haces chiquito para defenderte del mundo. O puede ser que cuando eso sucedió fuiste tan reconocido por los otros que resulta que hoy cuarenta años después, tú te sigues comportando como víctima para recibir del entorno reconocimiento y aceptación, entonces te quedas ahí”, agrega.

Desgraciadamente, en nuestra cultura, el valor está puesto en el sufrimiento. Solemos no  atender nuestras propias necesidades, sino las de los otros,  entonces lo que hacemos después es “pasar factura”.

La victimización también es complicada para las personas que están alrededor, pues se genera una gran frustración en ellas al no lograr que “la víctima” se sienta valorada. Quienes están afuera necesitan poner el valor de regreso a la persona, esto es preguntarle mucho: “¿tú qué quieres?”. Se necesita esto para elaborar una estructura de responsabilidad, para ver qué es lo que ella verdaderamente desea.

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Señales de alerta

Al ser temas que suelen pasar desapercibidos o a los cuales no ponemos atención, se les debe relacionar con las sensaciones de alerta que tienes que tomar en cuenta para pedir ayuda: cosas como “todo el mundo está en contra mía”, o cuando los demás se sorprenden ante una desproporcionada reacción tuya.

La codependencia es el vínculo con el que suelen relacionarse las personas con esta clase de problemas. El codependiente necesita vivirse débil y busca un entorno que lo haga sentir de esa manera”, menciona.

¿Qué hacer?

El ideal es caminar hacia la construcción de vínculos que te nutran, hacia la interdependencia, que es el punto medio en la relación con los otros. Elaborar una relación en donde dependemos mutuamente del otro, donde con toda la confianza puedo acercarme y pedirle ayuda, y que cuando el otro necesite algo de mí tenga la confianza de pedirlo.

Una relación saludable es aquella en donde hay reciprocidad, donde te sientes libre de pedir y de ofrecerle al otro, sin pasar una factura, sin sentir que estás dando demás. A lo mejor es necesario pedir ayuda, sobre todo cuando llevas ya una dinámica en la que te sientes deprimido”, finaliza la Psict. Fernanda Muñoz.

Busca satisfacer tus necesidades donde sí pueda haber un lugar para hacerlo. Crea una red de apoyo, donde puedas mostrarte como eres, decir lo que piensas y lo que sientes. Busca el placer, porque es algo importante para el alma, nos nutre.

¿Dónde pedir ayuda?

Hay muchos sitios a donde puedes recurrir, pero lo primero que debes considerar es qué tipo de terapia deseas y cuánto tienes para invertir. Aquí te dejamos algunas opciones en las que colabora el Instituto Humanista de Psicoterapia Gestalt:

  • DIF de tu comunidad.
  • Centro Laboral México “Celamex”
  • Centro Comunitario Tetelpan
  • Subdelegación de Pedregales Delegación Coyoacán
  • CUSEN, S.C.
  • Voluntarias Vicentinas de la Santa Cruz del Pedregal, IAP
  • LUZI, Prevención Terapéutica, A.C.
  • Fundación CANDY, A.C.
  • Misión Santa Fé
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Para más información puedes visitar http://www.gestalthumanista.com/ donde te pueden canalizar con algún especialista.

Imagen cortesía de Wavebreakmedia



Escrito por

Aunque soy publicista, llevo algunos años concentrada en escribir y editar textos, lo cual me encanta por cierto. Sobre todo me he interesado en temas que tienen que ver con la salud reproductiva y sexual, al menos eso es lo que más he disfrutado escribir. En Plenilunia me he dedicado a hablar de temas relacionados con la salud femenina, siempre rescatando la importancia que tiene hacerlo de manera integral, pero sobre todo pensando que la conciencia de tu cuerpo te ayuda a empoderarte en los demás ámbitos de tu vida.

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