«Si no tienes nada bueno que decir, mejor no digas nada«.
Cuando las personas están pasando por una situación difícil, lo que menos necesitan es que las juzguen, les confirmen sus errores o les pronostiquen un fracaso. Muchas veces he escuchado a estas personas decir: «no espero que me ayuden, pero por favor, que no hablen«, así que si no tienes una aportación positiva ni una posible solución y si ante la situación que el otro está viviendo sólo ves caos, el mejor apoyo que puedes ofrecer es ser una buena compañía en apoyo de las decisiones que éste tome y reservarte tus opiniones, el silencio en estos casos es la mejor opción.El silencio es tan valioso como expresar nuestras ideas, lo importante es saber cuándo callar y cuándo hablar, esto es complejo, porque cuando nos equivocamos en esta decisión o no hablamos a tiempo o hablamos cuando debimos haber callado.
Muchas veces escuchamos “El que calla otorga”, en algunos casos sí aplica esta idea, pero no en todos, detrás de un silencio hay muchos motivos, entre estos he escuchado por ejemplo:
- Ya me canse de hablar, me siento imposibilitado para expresarme, simplemente las palabras ya no salen de mi boca.
- ¿Tiene caso que hable? siento que de todas formas no soy escuchado.
- No tengo que justificar mis acciones, yo sé porque actúo como lo hago y eso es suficiente.
- Todos creen saber lo que pienso, lo que siento y el porqué hago las cosas y a mí no me interesa contradecirlos, en mi familia siempre es igual.
- Tengo un plan de vida, un proyecto importante para mí, pero lo voy a reservar hasta que sea un hecho.
En fin hay infinidad de motivos detrás de un silencio.
¿Por qué en una pelea se tiene que pensar que, el que se mantiene callado es culpable?
Esto siempre me ha parecido una mala apreciación, me da la impresión que a alguien se le ocurrió esta frase y por eso lo repetimos, sin reflexionarla. ¿Nunca te ha ocurrido que aún siendo inocente de lo que se te acusa, por miedo o por timidez no salen las palabras de tu boca? hay personas que son tan nerviosas que parece que sonríen y no logran articular las palabras, ¿acaso esto las hace culpables?, otras lloran, otras se impactan y se bloquean ante una acusación, por el dolor que les provoca el hecho ser acusados, sobre todo cuando no dan crédito de lo que está ocurriendo, otros se sienten tan ofendidos que prefieren que los demás piensen lo que quieran, en fin puedo citar muchos ejemplos.
La realidad es que el guardar silencio puede tener desde mi punto de vista dos causas principales, una es cuando las circunstancias como en los ejemplos anteriores nos colocan en esa situación y otra cuando con conciencia decidimos callar.
¿El silencio es necesario? Considero que no sólo es necesario, sino fundamental para crecer, muchas veces estamos tan contaminados por tantas opiniones de los demás, que entramos es un estado de confusión tal que no sabemos qué camino tomar, es cuando tenemos que hacer un alto y dejar de escuchar al mundo entero, tenemos que escucharnos, sumergirnos en el silencio y empezar a escuchar sólo nuestra voz interna, tenemos que aislarnos, centrarnos en lo que esperamos de nuestra vida y dirigirnos hacia lo que deseamos, esto sin duda, sólo lo logramos a través de un silencio profundo y un pensamiento reflexivo.
El silencio externo, no implica una falta de comunicación contigo, sino al contrario, éste te da oportunidad de ampliar tu conocimiento de ti y entrar en conciencia de quién eres y a dónde vas, no es al azar que la oración, la meditación y la reflexión son en silencio, porque implican un trabajo interno trascendental en la evolución y crecimiento emocional, físico y espiritual de todos los seres humanos.