Un estudio, realizado por científicos de la salud en el Departamento de Salud de la Universidad de Bath y publicado en la revista American Journal of Clinical Nutrition, analizó la relación entre el desayuno y la salud de los individuos clasificados como ‘obesos‘, comparando los resultados de un grupo en ayuno y otro grupo que desayunó.
[/media-credit] Los investigadores Dr. James Betts y Dr. Enhad Chowdhury de la Universidad de Bath del Departmento de Salud estudian la ciencia detrás del desayunar.
El aumento de la actividad es una de las maneras más importantes para mejorar la salud en nuestra población cada vez más sedentaria, por lo que los investigadores sugieren que esto podría ser una ventaja clave.
Estos últimos resultados en este grupo de pacientes obesos se basan en estudios previos de los investigadores de la Universidad de Bath en los efectos de comer el desayuno para una población ‘delgada‘.
Ambos estudios forman parte de ‘Bath Breakfast Project’ (Proyecto de desayuno Bath) financiado por el BBSRC por tres años, al reunir estos puntos de vista se ha anunciado como uno de los más completo hasta la fecha sobre los efectos de comer el desayuno, ganando la prestigiosa Medalla Cuthbertson de la Sociedad de Nutrición.
Los investigadores querían probar las posibles relaciones entre el desayuno, el peso corporal y la salud.
El investigador principal, detrás del estudio, el Dr. James Betts explica: «A pesar de que muchas personas que ofrecen opiniones acerca de si debe o no comer el desayuno, hasta la fecha habia una falta de evidencia rigurosamente científica que demuestra si, el desayuno podría causar cambios en nuestra salud. Nuestros estudios ponen de relieve algunos de estos impactos, pero «lo importante» del desayuno sigue dependiendo de cada persona y sus propios objetivos personales.
«Por ejemplo, si la pérdida de peso es la clave, hay poco que sugiera tomar el desayuno o saltárselo importará. Sin embargo, sobre la base de otros marcadores de un estilo de vida saludable, como ser más activo o controlar los niveles de azúcar en la sangre, entonces existe evidencia de que el desayuno puede ayudar«.
Al igual que en el estudio previo para una población delgada, para llevar a cabo el ensayo en obesos los investigadores dividieron a las personas mayores de 21 años a 60 en dos grupos «ayuno» y «desayuno» para medir los resultados durante un período de seis semanas.
La mayoría de las investigaciones existentes se limitan solo a los reconocimientos de gran número de personas. Por el contrario esta investigación implica ensayos intensivos de un grupo centrado en condiciones controladas estrechamente – por lo que los efectos correspondientes en el cuerpo puede ser estudiados sin necesidad de los miles de personas.
Se pidió al grupo de desayunar en este estudio a comer por lo menos 700 kcal a las 11 de la mañana, con la primera mitad de este consumida dentro de al menos dos horas de vigilia. El grupo de ayuno sólo se les permitió consumir agua hasta el mediodía.
Mientras que el último trabajo de los investigadores ha puesto de manifiesto los efectos de comer desayuno versus ayuno, lo que permitió a la gente a elegir lo que querían comer para el desayuno. Ahora quieren llevar a cabo más experimentos que comparan diferentes tipos de desayuno.
A partir de esto, esperan hacer recomendaciones en cuanto a la clase de las fuentes de alimentos y nutrientes que podrían funcionar mejor para la salud.
El autor principal del nuevo estudio, el Dr. Enhad Chowdhury, agregó: «Es importante tener en cuenta que no todo el mundo responde de la misma manera al desayuno y que no todos los desayunos son iguales. Los efectos de un cereal azucarado en comparación con uno con alto valor proteico son probablemente muy diferentes«.
«A medida que avanzamos el Proyecto de Desayuno Bath queremos reducir los efectos de los diferentes tipos de desayuno en la salud«.
Referencias
- Enhad A Chowdhury, Judith D Richardson, Geoffrey D Holman, Kostas Tsintzas, Dylan Thompson, y James A Betts; The causal role of breakfast in energy balance and health: a randomized controlled trial in obese adults; Am J Clin Nutr ajcn122044; Disponible en el URL http://ajcn.nutrition.org/content/early/2016/02/10/ajcn.115.122044
