En la Comisión Permanente se expone que la alimentación sana y adecuada forma parte de uno de los derechos reconocidos en diversos instrumentos internacionales y en el marco jurídico del país; pero de 110 escuelas primarias públicas revisadas, en el 80% aún se vendían bebidas azucaradas, y solo una tercera parte contaba con bebederos de agua, como marca la Estrategia Nacional para la Prevención y Control del Sobrepeso, la Obesidad y la Diabetes, con la que se busca revertir la epidemia de las enfermedades no transmisibles.
A pesar de la existencia de los lineamientos generales para el expendio y distribución de alimentos y bebidas preparados y procesados en las escuelas del Sistema Educativo Nacional, muchos planteles desconocen esta regulación y, por lo tanto, no la aplican, denunció la diputada Maricela Contreras Julián.Dijo que el Instituto Nacional de Salud Pública, dio a conocer, en su reporte de seguimiento de los lineamientos 2014, que de 110 escuelas primarias públicas revisadas, en el 80% aún se vendían bebidas azucaradas, y solo una tercera parte contaba con bebederos de agua, como marca la estrategia.
También que hasta un 80% de los directores, profesores, vendedores de alimentos y padres de familia no sabía de la prohibición de ofrecer comida chatarra.
Por ello, ante la Comisión Permanente, planteó exhortar a las secretarías de Educación Pública y de Salud a realizar una evaluación sobre el cumplimiento del acuerdo mediante el cual se establecen dichos lineamientos, y hacer de conocimiento público sus resultados.
La secretaria de la Comisión de Vigilancia de la Auditoría Superior de la Federación expresó que, según la Encuesta Nacional de Salud en los Escolares, un niño tiene 4 veces más posibilidades de encontrar en la cooperativa de su escuela un dulce que un vaso de leche o verdura.
Es decir, priorizan en su oferta productos altamente calóricos, ya que 81% de las cooperativas de las primarias en el país ofrece dulces, el 78.8% botanas industrializadas, el 71.8% refrescos y el 48% pastelitos industrializados. En contraste, sólo el 50% vende agua pura embotellada, 29% yogurt, otro 20% verdura fresca y sólo el 19% leche.
En el caso de las secundarias, 9 de cada 10 planteles venden dulces, botanas industrializadas, tortas y refrescos, mientras que 1 de cada 5 vende leche. Además, sólo el 52% de las primarias y el 58% de las secundarias disponen de agua gratuita para sus estudiantes.
Contreras Julián resaltó que los resultados de la encuesta indican que el 30 por ciento de los estudiantes de primaria y el 31.7% de secundaria presentaban sobrepeso y obesidad. De manera paradójica, se encontró que un sector presenta serias deficiencias nutricionales, ya que el 20% de los niños de primaria padece anemia, mientras que en secundaria esta cifra se eleva a 32.5%.
Mencionó que la alimentación sana y adecuada forma parte de uno de los derechos reconocidos en diversos instrumentos internacionales y en el marco jurídico del país; sin embargo, el sobrepeso y la obesidad se han convertido en un problema de salud pública, donde diversas autoridades han emprendido acciones para atender las consecuencias derivadas de esta epidemia.
Entre los principales obstáculos para que se pueda acceder a este derecho se encuentran las limitantes económicas para adquirir los insumos mínimos para una buena alimentación, los malos hábitos y la creciente oferta de determinados productos con escaso valor nutricional y alto contenido calórico, conocidos comúnmente como comida chatarra.
Recalcó que uno de los problemas en los que se ha centrado la atención por su alarmante progreso es el relativo al sobrepeso y la obesidad, sobre todo en niños y niñas por el aumento en el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas, como diabetes mellitus, cardiopatías y cáncer.
La legisladora expuso que, a través de diversas acciones, las autoridades han buscado dar soluciones a la epidemia del sobrepeso y la obesidad, de manera particular en el ámbito escolar, pues en la población infantil se encuentran las cifras con números rojos que alertan sobre la salud de ese sector.
Existen diversas políticas, instrumentos y legislación para combatir el sobrepeso y la obesidad infantil, principalmente en el entorno escolar; sin embargo, apuntó, también los datos alertan sobre la eficacia que han tenido los mismos, por lo cual es preciso que se dé seguimiento de ellos a través de una evaluación que realicen las instancias encargadas de la materia y tener los elementos que permitan fortalecer las estrategias y así poder cumplir los objetivos que se han planteado.
Recordó que dichos lineamientos tienen la finalidad de establecer los criterios nutrimentales para la preparación o expendio de los alimentos y bebidas que conforman el desayuno, refrigerio y comida escolar. En tanto, la Estrategia Nacional para la Prevención y Control del Sobrepeso, la Obesidad y la Diabetes, busca revertir la epidemia de las enfermedades no transmisibles.