Muchos factores pueden conducir al insomnio, siendo uno de ellos, indudablemente, la depresión asimismo, está relacionado con ciertas enfermedades, tales como la artritis, insuficiencia cardiaca, enfermedades pulmonares, reflujo gastroesofágico y la tiroides excesivamente activa, por nombrar algunas.
El insomnio puede ser el reflejo de sentir angustia constante y generalmente se relaciona con eventos de depresión clínica, seguidos por un período de aflicción. Por lo general, se define como la incapacidad de conciliar el sueño, pese a tener la oportunidad de dormir bien. Si bien, el insomnio ocasional puede ser una molestia, normalmente no plantea problemas médicos de importancia; pero cuando el insomnio continúa, éste puede convertirse en un problema clínico.
El Dr. Jarrett Richardson, del Centro para Medicina del Sueño, de Mayo Clinic, Rochester, Minnesota, menciona que las personas con insomnio crónico no suelen despertar frescas, a menudo sienten cansancio y somnolencia durante el día, lo que puede dificultarles prestar atención o concentrarse en las tareas. Además, puede conducir a otros problemas del humor, dolores de cabeza y ansiedad. En general, el insomnio duradero puede repercutir bastante sobre la salud, el rendimiento laboral y la calidad de vida de una persona.
Muchos factores pueden conducir al insomnio, siendo uno de ellos, indudablemente, la depresión. Los problemas del sueño, tales como no poder conciliar el sueño o dormir demasiado, pueden ser síntomas de depresión. No es raro que la depresión se desencadene a consecuencia de un evento traumático, como la pérdida de algún familiar.
El Dr. Richardson comenta que existen otras explicaciones posibles para el insomnio. Por ejemplo, muchos fármacos de venta bajo receta médica pueden interferir con el sueño, entre ellos, los medicamentos para el corazón, la presión arterial y las alergias, los estimulantes como el Ritalin, y los corticosteroides. Por su parte, muchos medicamentos de venta libre, tales como algunas combinaciones analgésicas, los descongestionantes y los productos para perder peso, contienen cafeína y otros estimulantes que también ocasionan problemas con el sueño.
Asimismo, está relacionado con ciertas enfermedades, tales como la artritis, insuficiencia cardíaca, enfermedades pulmonares, reflujo gastroesofágico y la tiroides excesivamente activa, por nombrar algunas. Por otro lado, los malos hábitos para dormir, un cambio en el entorno, el estrés y las opciones alimentarias pueden causar estragos sobre la capacidad de una persona para dormir bien.
El Dr. Richardson comenta que, bajo el entendido de que posiblemente varios factores desempeñan alguna función en el insomnio continuo de las personas, resulta conveniente asistir al médico para que revise el historial médico, realice un examen físico minucioso, converse sobre otros posibles síntomas y analice los medicamentos que toma. Dicha evaluación debe ofrecer suficiente información al médico para recomendar los siguientes pasos a dar. Si se sospecha de depresión, pueden explorarse algunas alternativas de tratamiento, entre ellas, la terapia cognitivo conductual (un tipo común de consejería para la salud mental), medicamentos o una combinación de ambas.
Los medicamentos para el sueño de venta sin receta médica son para uso a corto plazo, pues cuando se consumen durante largo tiempo, pueden ejercer un efecto negativo sobre la memoria y conducir a otros problemas de salud. Además, algunos fármacos pueden interferir con otros medicamentos y ocasionar efectos secundarios. Por otro lado, ciertas pastillas para dormir de venta libre pueden ser peligrosas para quienes sufren depresión u otras enfermedades duraderas. Después de una evaluación adecuada, el médico puede recomendar las pastillas para dormir idóneas en esta situación.
Cuando el insomnio continúa, la norma de atención al paciente y basada en evidencias consiste en una terapia específica llamada terapia cognitivo conductual para el insomnio. De requerirse, un centro reconocido para el tratamiento de los trastornos del sueño puede ayudar a encontrar alguien bien capacitado que ofrezca este tipo de terapia.