Proponen modificar ciertas políticas públicas e incluir en los programas preventivos estímulos para los profesionistas que atiendan comunidades con altos grados de vulnerabilidad socioeconómica, así como promover el cuidado y atención bucodental para reducir las enfermedades bucales que afectan al 90% de los mexicanos.
[/media-credit] Existe un dentista por cada 9 mil personas afiliadas al Sistema de Protección Social en Salud
El diputado Chris López Alvarado impulsa un punto de acuerdo para que la Secretaría de Salud y el Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades diseñen un programa de incentivos a los profesionistas en salud bucal para que desempeñen sus servicios en comunidades con altos grados de vulnerabilidad socioeconómica, ya que son las que registran mayor incidencia de ese tipo de afecciones.
López Alvarado, secretario de la Comisión de Gobernación, destacó que este problema de salud es generalizado, y se recrudece en sectores marginados, tanto urbanos como rurales, donde el acceso a personal capacitado, a avances tecnológicos y servicios odontológicos es nulo o escaso.
Subrayó que, a nivel institucional, los recursos humanos contratados representan menos del 10% del total de odontólogos con que cuenta México; los indicadores de contratación equivalen a 1 por cada 9 mil personas afiliadas al Sistema de Protección Social en Salud, con un tiempo promedio de 45 minutos por consulta, lo que permite la atención de nueve pacientes diarios en una jornada de ocho horas y la atención de 1,760 al año.
El legislador sostuvo que de modificarse ciertas políticas públicas e incluir en los programas preventivos estímulos para los profesionistas que atiendan comunidades con altos grados de vulnerabilidad socioeconómica, y promover el cuidado y atención bucodental, se lograría la aplicación eficiente y más acorde de los recursos con las necesidades clínicas de la población.
Asimismo, con nuevas políticas de planificación en el quehacer de las instituciones y estudios epidemiológicos que coadyuven en articular programas preventivos más eficientes.
De lo contrario, advirtió, seguirán diversas enfermedades bucales como la caries dental y los padecimientos periodontales que, al evolucionar negativamente, generan múltiples implicaciones médicas que pueden, incluso, cobrar la vida del paciente.
El 70% de los menores de 18 años sufre afecciones odontológicas, por lo que es necesario evitar que estos padecimientos de salud pública se sigan presentando por falta de previsión, atención, recursos humanos y materiales, así como de elementos culturales en torno a la salud.
“La cultura y las campañas para promover la prevención de enfermedades bucales no ha permeado en todos los niveles. Esto ha desembocado en la falta de capacidad de las instituciones de salud y la sociedad mexicana para absorber las necesidades relacionadas con los padecimientos odontológicos”, comentó.
Agregó que pese a las estrategias de prevención de enfermedades crónicas relacionadas con la salud bucal, como hábitos dietéticos, alertar sobre el consumo excesivo de tabaco y alcohol o fortalecer la higiene bucal, “los profesionales son insuficientes, y la contratación de técnicos y promotores de la salud es casi nula”.
Este problema sigue presente en la sociedad mexicana, así como los altos costos que implica al sector público de salud su intervención directa en el tratamiento de estas enfermedades.
López Alvarado sostuvo que la formación técnica y profesional de odontólogos, estomatólogos y otros expertos de la salud bucal se requiere en todo el territorio nacional, ya que la falta de capacitación reduce el aprovechamiento de los programas destinados a prevenir las enfermedades, en particular en las comunidades más desfavorecidas.
