En el marco de la Conferencia Vespertina COVID-19, la Dra. María Elena Álvarez-Buylla Roces, titular del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, aseguró que para lograr que México tenga acceso real a una alimentación sana, es necesario que el país transite hacia un sistema agroecológico, libre de toxicidades y que cuide del ambiente.
Antecedentes
También expuso datos de la problemática estructural, en materia de producción agrícola, alimentación y salud, que subyace detrás del alto índice de enfermedades crónico-degenerativas, como el cáncer y la diabetes, la obesidad y la hipertensión, que existen en el país. Padecimientos que, como lo demuestran las estadísticas epidemiológicas, implican un alto riesgo de desarrollar síntomas graves y mortalidad en las y los enfermos de COVID-19.
Recordó que México dejó de ser autosuficiente en producción de maíz tras la entrada del Tratado de Libre Comercio. Lo que favoreció la importación de maíces transgénicos y el uso indiscriminado de insumos tóxicos para el campo, como es el caso del glifosato. Éste último, dijo, asociado con el desarrollo de enfermedades crónico-degenerativas en la población expuesta a su consumo.
Agrotóxicos
Añadió que, cada año, fallecen en México 200 mil trabajadores del campo por haber estado en contacto intensivo con dichos agrotóxicos. También demostró, con datos científicos, que se ha encontrado glifosato en las muestras de orina en niñas, niños, jóvenes y adultos de algunas comunidades agrícolas y en distintas regiones de México, como son:
- Jalisco
- Campeche
- Yucatán
Más adelante, señaló que existen pruebas científicas de que el desarrollo de Diabetes Mellitus Tipo 2 no sólo tiene origen en una alimentación precaria, abundante en azúcares industrializados, sino en la exposición ambiental a agentes tóxicos.
Glifosato
Asimismo, presentó un análisis comparativo entre los maíces nativos (cultivados en milpa tradicional) y los maíces híbridos (industrializados); destacando las propiedades nutricionales del maíz nativo, rico en fibras, proteínas y antioxidantes. A manera de ejemplo, citó un análisis realizado en 2017, el cual reveló que el 82 % de las tortillas de maíz que se consumen en México contienen secuencias transgénicas; mientras que el 27.7 % de las mismas tienen glifosato.
En suma, todos estos factores han incidido en el desarrollo de enfermedades graves. Reconoció que, gracias a las medidas implementadas por el Gobierno de México y por la Secretaría de Salud, se ha logrado contener la tasa de fallecimientos por COVID-19.
Por un sistema de producción ético y agroecológico
Aseguró que es indispensable implementar un sistema de producción ético y agroecológico, que permita crear un contexto en el que el pueblo tenga acceso a alimentos sanos y con pertinencia cultural.
Reiteró que el Conacyt está comprometido con el entendimiento profundo, la prevención y solución de los problemas de México. Mencionó que, a través de los Programas Nacionales Estratégicos (Pronaces), ha organizado grupos de investigación en rubros cruciales, entre otros como:
- Salud
- Soberanía Alimentaria
- Desarrollo Industrial y Toxicidades
- Cuencas de Agua
Asimismo, dijo que el Conacyt participa en el Grupo Instersecretarial de Alimentación, Salud, Medio Ambiente y Competitividad (Gisamac), con el objetivo de mejorar el sistema agroalimentario mexicano, recuperar el ambiente y erradicar las epidemias asociadas con la malnutrición y la pobreza[.]