El “sentido de humor” es parte importante de nuestra personalidad
Podemos empezar a reír en los momentos menos apropiados o compartiendo chistes con amigos. En el momento en que vemos a algún miembro de nuestra familia, a nuestra pareja o algún amigo, les tenemos que decir: “No sabes cuánto me reí hoy. Es que lo que pasó… es que…” Queremos compartir nuestras risas, buscamos que las personas que queremos compartan esos momentos con nosotros. La risa, en la mayoría de los casos, es un acto social.
La risa tiene una función psicológica muy importante. Es la expresión de un sentimiento. Todos tenemos la posibilidad de tener muchos afectos (sentimientos en bruto) en el transcurso de un día, que tienen expresiones físicas. Si nos preocupamos, podemos estar distraídos; al angustiarnos, podemos sudar o tener palpitaciones del corazón; si nos enojamos, gritamos; si estamos tristes, lloramos. La risa funciona de esta misma manera.
La risa, al ser una expresión física de un afecto, funciona de una manera muy parecida a los sentimientos antes mencionados. En la mayoría de los casos, expresa felicidad pero, en otros, también puede ser producto de angustia. A todos nos ha pasado que vemos a alguien caerse, que nos cuentan una historia “terrible” y, sin embargo, nos reímos. Sabemos que es inapropiado y tratamos de parar esa reacción, nos confunde porque sabemos que no es el momento y que lo que nos está causando la risa no es algo chistoso en sí. En esos momentos, la risa está tratando de “borrar” lo que estamos viendo o pensando. Psicológicamente, el funcionamiento es el siguiente: “No puedo creer lo que estoy viendo, esto me da angustia (miedo, enojo) y no quiero que esté sucediendo. Si lo minimizo y me rio, tal vez no será tan importante y no me dolerá tanto”. Esto no es algo que pase de forma consciente. Es un intento que hace nuestra psique para protegerse de situaciones que no sabe manejar. Por ello, hay personas que se ríen en funerales. La mente humana es muy compleja y busca defenderse sobre todas las cosas.
Ahora bien, en la mayoría de los casos, la risa es la expresión de sentimientos de felicidad y armonía. Como decía anteriormente, es un acto social y proviene de nuestro “sentido del humor”. El tener la capacidad de verle el lado “bueno” o “chistoso” a la vida es parte importante de la personalidad. Cada uno tenemos una forma de ver la vida y las situaciones a las que nos enfrentamos. Todos tenemos una personalidad y la combinación de atributos que se da en ella es única en cada uno de nosotros. El “sentido de humor” es parte importante de nuestra personalidad. No se puede decir que alguien no la tenga. Puede ser que no entendamos o no nos guste o que, simplemente, no se nos haga chistoso ciertas situaciones pero no por ello carecemos de este sentido.
La mayoría de las amistades que tenemos pueden ser tan cercanos porque no solo tienen gustos en común en cuanto a actividades, sino porque son personas que, en mayor o menor medida, tienen el mismo “sentido del humor” que nosotros. El hacer reír al otro o que nos hagan reír es un fundamento especial en toda amistad y, sin embargo, pocas veces se toma en cuenta.
La risa tiene implicaciones importantes también a nivel físico. Al reírnos, soltamos un químico denominado serotonina. Este es el mismo químico que suelta el cerebro de un bebé cuando su mamá le da de comer, cuando el niño juega, etc. Igualmente, cuando nos enamoramos. Existen antidepresivos cuyo componente más importante es la serotonina. Alguien que ríe fácilmente puede físicamente combatir la tristeza hasta cierto punto. Ahora bien, es importante recordar que alguien que está realmente deprimido no tiene ganas de reír y su “sentido del humor” va a encontrarse inhibido, entre muchos otros síntomas internos y externos.
