Actualmente, la importancia de establecer límites es un tema que se aborda en muchas áreas, ya sea en medios de comunicación, en el colegio, con los psicólogos, etc. Sin embargo, en el caso de los niños, existen muchos padres que no comprenden el significado de este término y su importancia dentro de la educación de sus hijos. Asimismo, se tiene la falsa idea de que todos los límites son universales, a pesar de que se deben fijar, de acuerdo a la edad, género y situación social de cada persona.
Los límites son las reglas que se establecen en los diferentes espacios en los que nos desenvolvemos, y ayudan a un niño a entender qué es lo que se espera de él en cada lugar y contexto. En la escuela, por ejemplo, debe seguir las indicaciones de la maestra y en casa deberá ordenar su cuarto. Existen límites que parecen bastante sencillos de cumplir para los niños y que, incluso, los padres creen que ya deberían tener conocimiento de ellos. Es por esto que se empiezan a presentar graves problemas de comunicación, ya que mientras el padre cree que su hijo ya sabe qué se espera de él y qué es lo que tiene que hacer; el niño pequeño se encuentra confundido por no entender cuál es la razón por la que su papá lo está regañando, pues apenas está comenzando a entender el mundo a través de sus padres y, además, no posee la misma capacidad de abstracción que tiene un adulto.
En este sentido, para el niño pequeño, los límites que se establezcan en el hogar serán de gran utilidad para que entienda el mundo exterior y sepa desenvolverse en él, por lo que este concepto va mucho más allá de una simple regla o un regaño. Se trata de un término que, dada su importancia, necesita ser transmitido de una forma clara y precisa, lo cual se complica especialmente cuando entran en juego sentimientos tan intensos como los que produce un hijo.
Los límites deben ser firmes y consistentes, es decir, deben decirse de forma concreta y seria, sin gritos ni regaños, ya que es la mejor manera de que un niño entienda que debe seguir esa indicación y no tiene más opciones. Asimismo, debe cumplirse sin importar el estado de ánimo de los padres.
Por otro lado, es importante mencionar que los límites no están separados de los sentimientos de afecto y la cercanía con los hijos, ya que tenemos que entender que estas reglas ayudarán a los niños a desenvolverse mejor en la vida y que también podemos darles la oportunidad de que ellos mismos las definan junto con sus padres, de tal forma que las sientan más cercanas a su realidad y menos autoritarias, y se establezca un espacio de convivencia en familia. Con esto me refiero a que, por ejemplo, pueden destinar un fin de semana a convivir en familia y proponer, de manera conjunta, los límites a seguir dentro de la casa; límites que se pueden escribir, dibujar o pegar en un lugar visible para todos, de tal forma que todos sepan cuáles son las reglas de su casa en particular, qué se debe o no se debe hacer. .
Asimismo, los límites no deben descalificar a la persona como tal, sino a su conducta y para ello también es necesario estar tranquilo cuando se regaña, pues al estar enojado es mayor la tendencia a castigar más seriamente y a ser verbal o físicamente agresivos con los hijos. Esta situación se podría convertir, posteriormente, en culpa, presentándose la posibilidad de ceder ante el limite. Por ello, lo mejor es tomarse unos minutos para calmarse y posteriormente preguntar ¿qué sucedió?, y tomar una determinación en cuanto a las consecuencias.
Resulta necesario comentar que el incumplimiento de los límites necesariamente debe tener una consecuencia, misma que se puede definir desde un inicio. Lo importante es aplicarla en el momento y de acuerdo a la falta cometida, pues, de lo contrario, a los niños les costará trabajo entender la magnitud de su conducta.
En conclusión, los límites son reglas básicas de convivencia en un hogar y deben favorecer un ambiente de armonía y tranquilidad para los niños; un espacio donde se valoren los deseos, preferencias y sentimientos de cada uno de los miembros, por lo que la comunicación efectiva será la principal herramienta para transmitirlos y el amor será el motor principal de los padres hacia sus hijos.