Menta sana
Los conflictos siempre han estado presentes en la vida de cualquier ser humano, son parte de nuestra naturaleza. Las consultas a especialistas se llevan a cabo regularmente por baja autoestima, conflictos de pareja o intrafamiliares y depresión.
Según una investigación llevada a cabo por la Mtra. Alejandra Buggs y la psicóloga María Ayala del Centro de Salud Mental y Género los principales motivos de consulta son:
• Mujeres heterosexuales: conflictos de pareja (23 por ciento), conflictos intrafamiliares, baja autoestima, codependencia, entre otros.
• Mujeres lesbianas: baja autoestima y conflictos de pareja.
• Mujeres bisexuales: baja autoestima (40 por ciento), codependencia, conflictos de pareja y depresión.
• Hombres heterosexuales: Conflictos de pareja (32 por ciento), intrafamiliares, alcoholismo, baja autoestima, entre otros.
• Hombres homosexuales: Conflictos intrafamiliares (40 por ciento), ansiedad, conflictos de pareja y baja autoestima.
“Las mujeres heterosexuales y bisexuales presentan mayor tendencia a la codependencia, y los hombres heterosexuales al alcoholismo, esto, debido a la falta de individualidad y a la imposibilidad de una construcción de autonomía personal ya que el aprendizaje de género para mujeres y hombres en un sistema sexista, promueve la dominación del hombre y genera la sumisión de la mujer, lo que propicia consecuencias emocionales graves para ambos sexos” comenta la Mtra. Burgos.
Los hombres homosexuales de este estudio manifiestan trastornos de ansiedad como respuesta ante la presión social, religiosa y cultural que enfrentan al vivir una orientación sexual y afectiva diferente.
Esta información se dio a conocer el pasado 5 de octubre con motivo del Foro “La violencia de género y su impacto en la vida emocional de mujeres y hombres”, en el que se dieron a conocer los resultados de la investigación realizada por el Centro de Salud Mental y de Género, también organizador del evento.
Uno de los objetivos de esta Institución es brindar elementos para que las mujeres puedan visibilizar, analizar y discutir los mandatos de género abusivos que tienen atrapadas, así como, motivarlas para adquirir habilidades que les permitan construir un proyecto de vida propio y sano para su empoderamiento y crecimiento personal.
El trabajo con los hombres, lo hacen tomando en cuenta la masculinidad que les ha enseñado a dominar y tener el controle en una relación para ejercer diferentes tipos de violencia, como la única forma que encuentran de ser valorados como auténticamente masculinos. Se trabaja emocionalmente con ellos para que hagan contacto con su necesidad de transformarse de hombres con adicciones y violentos, en hombres de carne y hueso, para actuar de forma diferente y alejarse de esos mandatos de género poco sanos para su vida emocional y física.
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