Sofrología: sanar mente y emociones
Alfonso Caycedo es colombiano, 80 primaveras al hombro, y un ser inquieto perenne. En sus años mozos decidió partir a España a estudiar medicina y se tituló en Madrid como neuropsiquiatra. Pero luego llegó ese viaje a India y al Tíbet que le transformó la vida. La sofrología responde a problemas de falta de concentración, estrés, ansiedad, depresión, fobias, procesos de duelo no resueltos y adicciones.
De esa aventura concluyó que la meditación transformaba los estados de conciencia del hombre y con ellos la salud del organismo. Una visión temeraria, para algunos; y simplemente poco ortodoxa, para otros en un momento en el que Occidente no había decidido aún interesarse por la concepción holística de la medicina oriental.
Caycedo siguió su ruta como médico. De hecho, le tomó años metabolizar lo aprendido y convertirlo en una técnica con “pies y cabeza”.
Pero recién atravesado el umbral de su cuarta década de vida consiguió conceptuar y poner en marcha una suma de técnicas a las que decidió llamar sofrología caycediana (etimológicamente, sofrología significa el estudio armónico de la conciencia).
Su punto de partida es claro: Si cuidas de tu cerebro, tu cerebro cuidará de ti.
En Europa, la sofrología se utiliza con frecuencia para tratar enfermedades mentales. En México apenas hace pininos.
Esencialmente es un tejido fino de técnicas de respiración, relajación y movimientos acompasados que, sumados, permiten a quien los ejerce tomar conciencia de su cuerpo, de su mente y de sus emociones.
La sofrología apuesta por activar el hemisferio derecho del cerebro para trabajar con la intuición y la armonía de la conciencia.
Y los pacientes de esta peculiar técnica consiguen entrar en un estado parecido al de la hipnosis que les permite generar salud.
¿En qué casos es útil la sofrología?
De cara a problemas de falta de concentración, estrés, ansiedad, depresión, fobias, procesos de duelo no resueltos y adicciones. Y también en aquellos casos en el que un enfermo ha generado una dependencia con respecto a su terapeuta. La sofrología busca, en esencia, que cada ser tome en sus manos su propio proceso de sanación.
En la actualidad, de las 10 enfermedades que golpean a la población mundial y generan incapacidades laborales, cuatro son de tipo mental, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Pero según esta misma fuente, la depresión, que hoy es la cuarta enfermedad que más bajas laborales provoca, será el segundo mal que más mine la capacidad de los seres humanos para ser productivos en 2020.
Y la sofrología, como otras técnicas alternativas, ganará seguramente terreno en un mundo en donde el ritmo cotidiano de vida nos mantiene permanentemente cerca de lo urgente y cada vez más lejos de lo importante.
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