Relación poco duradera
Cuando una persona cercana nos comenta o, incluso, nos sorprendemos a nosotros mismos pensando o diciendo “siempre me va mal en el amor”, habría que tener en cuenta que podemos disfrutar de muchos tipos de amor; desde el amor fraternal, el amor de amigos o el de familia en general, hasta el amor de pareja.
Seguramente en estas fechas, en gran parte debido al bombardeo de anuncios y productos en forma de corazón y cupido, cobra mucha importancia el tema del amor de pareja, aun cuando, tal vez, ni siquiera estaba en nuestros planes prioritarios. En el caso de que estas fechas sean un recordatorio más de lo mucho que te pesa esta parte de tu vida, es importante reflexionar sobre lo que te puede estar pasando en un nivel más profundo.
Muchas veces idealizamos tanto la relación de pareja o a la persona esperada que sufrimos decepciones una y otra vez. Muchas son las personas que acuden a tratamiento con la queja de que les va mal en el amor y, al ahondar más en ello, se dan cuenta de que tienden a elegir el mismo tipo de personas (infieles, agresivas, celosas, violentas, pesimistas, derrotistas, etc.).Eligen siempre a quienes «no les hacen caso» o bien tienden a comenzar una relación y las abandonan.
Dejando a un lado la mala suerte o el aspecto físico, pueden ser diversos conflictos o situaciones emocionales las que nos alejan de nuestro deseo de vivir en pareja. Por un lado, se podría estar alojando en nuestro interior el pensamiento de que es algo que “no se debe” o “no se puede disfrutar”, como si no se mereciera; situación que, de ser así, sería importante revisar a profundidad, pues uno podría estar exigiéndose demasiado.
La clave cuando nos sorprendemos diciendo “siempre me va mal en el amor” es reflexionar qué tanto ese amor que se anhela es tan perfecto que esta fuera de toda realidad. Entonces cuando una persona «real» se acerca a explorar zonas inmaduras de uno mismo o bien obliga a abandonar las zonas de confort, genera el deseo de “abandonar el barco”.
Otra forma común de mantenerse “a salvo” de relacionarse de manera intima con alguien, es fantasear con amores inalcanzables pues es más fácil decir “nunca me hacen caso” que asumir que existe un gran miedo de amar y ser lastimado o lastimada. Si la elección de pareja apunta a personas adictas, conflictivas o destructivas, habría que revisar cuáles son las ventajas de esas relaciones. Tal vez lo que se gana es que se demuestra una y otra vez lo importante y necesario que se es para la otra persona, pues sin esas situaciones conflictivas resulta imposible sentirse valioso, merecedor de amor o importante.
Antes de embarcarse en la búsqueda de iniciar una relación nada más porque “ya era hora” o porque “todos tienen pareja menos yo”, es recomendable reflexionar sobre la idea misma de tener una pareja, pues pudieran existir temas emocionales que no se han logrado resolver del todo que orillan a repetir o caer en situaciones desagradables. En estas fechas también se recomienda rodearse de familia y salir con amistades que, aunque no son pareja, son relaciones significativas.
