¿Te ha pasado que tu bebé está irritado, no logras dormirlo y encima ha estado llorando por varias horas? Al ver este escenario como padres nos preocupamos y más si somos primerizos. Intentamos cualquier remedio, incluyendo el listón rojo por aquello del “mal de ojo”, pero estos síntomas no evidencian otra cosa más que la posibilidad de que tu bebé atraviese por un episodio de cólicos.
Después de la segunda semana de vida, uno de cada cuatro bebés padece cólicos y utilizan el llanto para hacer notar que algo no está bien. Los niños en periodo de lactancia pueden llorar sin razón aparente en periodos de hasta tres horas, si encima presentan irritabilidad, falta de sueño e inapetencia, atraviesa por un episodio denominado “cólico del lactante”, si los síntomas se han presentado por alrededor de tres semanas.
La Lic. Emmanuela Cortés, especialista en Nutrición Infantil comentó que se puede saber si un infante atraviesa por un periodo de cólico, si además de los síntomas antes mencionados, se encuentra inquieto o agitado, el rostro sonrojado, si contrae su manos y las piernas están flexionadas sobre el abdomen, si existe la presencia de gases y se encuentra molesto después de comer.
De acuerdo con la experiencia de la Lic. Cortés, al presentarse un episodio de cólicos, “los padres deben entender que es normal y deben guardar la calma, de lo contrario, transmiten el nerviosismo al pequeño y lo inquietan más”. No es recomendable el uso de medicamentos antiespasmódicos, a menos que sean prescritos por el pediatra. Es importante que al momento de la alimentación vigiles que no se ingiera aire a través del biberón, y que durante este tiempo el bebé esté en diferentes posiciones, agregó la especialista.
El desarrollo de los niños que padecen cólicos es completamente normal, comienzan a padecerlos después de la segunda semana, durante el cuarto o quinto mes disminuyen y desaparecen para el primer año de vida.
En el mercado existen fórmulas infantiles enriquecidas con hierro que funcionan como “Anti- Cólico” están pensadas en lactantes hasta los seis meses y de los seis hasta los doce meses de edad. La fórmula evita la acumulación y formación de gases, la aparición de cólicos y sus síntomas, además promueve el correcto funcionamiento intestinal.
Los niños no nacen con un instructivo. Además del correcto manejo de la dieta y el uso de fórmulas adecuadas, si tu pequeño atraviesa por uno de estos episodios, lo mejor es tranquilizarlo, cantarle y hablarle, de este modo además de aliviar el padecimiento, establecerás lazos sentimentales y de comunicación con él. El uso de compresas calientes sobre su vientre, acompañado de un suave masaje ayudará a que el alivio sea más rápido. “Hay que recordar que como padres es nuestro deber brindar una nutrición responsable y generar un vínculo afectivo con nuestros hijos”, concluyó la Lic. Emmanuela Cortés.