La enfermedad pulmonar es la principal causa de mortalidad en los pacientes con Fibrosis Quística (FQ); y uno de los procesos más frecuentes de consultas no programadas e ingresos hospitalarios de urgencias, se derivan de cuadros de exacerbación infecciosa pulmonar.
De acuerdo con información de la Federación Española de Fibrosis Quística, el diagnóstico de este padecimiento es principalmente de tipo clínico, y el tratamiento oportuno es fundamental para acortar el tiempo de recuperación y evitar el deterioro de la función pulmonar.
El enfoque actual del tratamiento de la infección en la FQ es multifacético, con la participación de los antibióticos, la fisioterapia respiratoria, medicamentos inhalados para favorecer el disolución de las secreciones, y los antiinflamatorios. Sin duda, una prescripción adecuada de los antibióticos es responsable del incremento de la supervivencia que se ha producido en los pacientes con FQ
Las causas infecciosas de la exacerbación pulmonar en pacientes con FQ están generalmente producidas por bacterias (63%), bacterias y virus (13%) y virus (6%); no detectándose microorganismos en un 18% de los casos.
El curso clínico de la mayoría de los pacientes con FQ, se caracteriza por episodios de empeoramiento agudo de la función respiratoria. Estas exacerbaciones pulmonares conducen a largo plazo a un deterioro de la función pulmonar.
Las siguientes características clínicas se observan en las exacerbaciones pulmonares:
- Aumento de la tos
- Aumento de la congestión torácica
- Disminución de la tolerancia al ejercicio o aumento de la disnea con el esfuerzo
- Aumento de la fatiga
- Disminución del apetito
- Aumento de la frecuencia respiratoria o disnea en reposo
- Cambio en la apariencia y consistencia del esputo
- Fiebre (presente en una minoría de pacientes)
- Ausentismo escolar o laboral
El mecanismo de acción de muchos antibióticos es diferente en los pacientes con FQ en comparación con personas que no padecen la enfermedad. Los pacientes con FQ generalmente requieren dosis más altas y/o más frecuentes de las penicilinas, cefalosporinas, sulfamidas y quinolonas.
Además de los antibióticos, el cuidado óptimo de la enfermedad pulmonar en pacientes con FQ incluye medidas para promover la limpieza de las vías respiratorias, para reducir la obstrucción bronquial y la inflamación. Los tratamientos que favorecen la limpieza de las vías respiratorias deben intensificarse durante una exacerbación pulmonar aguda.