En México, aproximadamente 11 millones de personas padecen asma; de ellos, 80% (más de ocho millones) son niños menores de ocho años. La incidencia (casos nuevos) anual es de 3.3% en promedio y causa alrededor de 4 mil muertes al año.
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Entre los desencadenantes de ésta se encuentran el aire frío, las emociones intensas, como la ira o el miedo, y el ejercicio físico.
Durante la niñez el asma es más frecuente en hombres, pero después de la adolescencia y en todas las etapas subsiguientes la frecuencia aumenta en mujeres (proporción tres a uno). Esto se aplica no sólo a los casos nuevos de asma, sino también a las atenciones en los servicios de urgencias y de hospitalización. La frecuencia de crisis asmáticas aumenta en algunas épocas del año, en México este incremento se presenta entre los meses de octubre y enero.
El mayor porcentaje de niños de seis y siete años con asma está en Mérida con 12.6%, seguida por la zona centro del Distrito Federal y Ciudad Victoria, Tamaulipas, con 8.9% y 8.5%, respectivamente.
“Este padecimiento tiene un origen multifactorial, pero es claro que la herencia juega un papel primordial; si uno de los padres la sufre, los hijos tienen un 25% de posibilidades de presentarla, cuando ambos padres padecen la enfermedad, llega hasta un 50% la posibilidad de que se presente”, señala la Dra. Noemí Santos.
Las manifestaciones son habitualmente variables, de predominio nocturno o de madrugada, y pueden ser desencadenadas por diferentes factores como: infecciones virales, contacto con alérgenos o con humo del tabaco, variaciones estacionales. Entre los desencadenantes del asma se encuentran el aire frío, las emociones intensas, como la ira o el miedo, y el ejercicio físico; los antecedentes familiares y personales son aspectos importantes que hay que considerar.
Se debe mantener un control adecuado de esta enfermedad, contar con un diagnóstico fidedigno y un tratamiento personalizado; ya que es un padecimiento crónico, que se puede controlar, aunque no es curable, el paciente puede permanecer asintomático por largos periodos de tiempo.
Es importante que el paciente y su familia aprendan a reconocer los factores de riesgo desencadenantes, si una crisis es leve o grave, qué sucede en la crisis y qué se tiene que hacer y en qué momento se requiere atención médica en una unidad de urgencias. El paciente debe acudir a evaluaciones médicas con regularidad.
Finalmente la Dra. Santos, comenta que los pacientes deben someterse a pruebas diagnósticas funcionales respiratorias (espirometría), y recomienda acudir con el pediatra, pediatra neumólogo o neumólogo, ya que él es el indicado para prescribir el método más efectivo.
Fuentes
- M. Epidemiología del Asma. Rev Neumología y Cirugía de Tórax 2009; 68(S2):91-97.
- Asma. Organización Mundial de la Salud. Departamento de Enfermedades Crónicas y Promoción de la Salud. 2011.
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