El edema macular diabético (EMD) está relacionado con padecer diabetes tipo 1 y 2 (por más de 10 años), tabaquismo, anemia, mal control metabólico (hiperglicemia), hipertensión arterial e hiperlipidemia.
La diabetes es una enfermedad que afecta actualmente a 347 millones de personas en todo el mundo, y se prevé que este número aumente 50% en los próximos diez años, convirtiéndose para 2030 la séptima causa mundial de muerte, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) [1]. Esta situación elevará el número de personas con riesgo o presencia de enfermedades de la vista, como la retinopatía diabética (RD) y edema macular diabético (EMD) que pueden llevar a la ceguera.Del total de pacientes con diabetes, una tercera parte desarrollará algún grado de daño ocular relacionado con la enfermedad. Mientras que 74% de quienes vivan con la enfermedad 10 años o más desarrollarán algún tipo de RD que si no se cuida, existe una probabilidad del 50% de que evolucione a EMD.
La retinopatía diabética es la tercera causa de ceguera irreversible en el mundo, y en México, la primera causa de ceguera adquirida en personas de edad productiva, generando grandes pérdidas económicas.
Según datos de la Fundación Mexicana para la Salud A.C. (FUNSALUD): se estima que actualmente 6.4 millones de mexicanos tienen un diagnóstico médico de diabetes mellitus tipo II, es decir, 9.2% de la población adulta (20 años y más). Sin embargo, esta cifra no incluye a quienes no han sido diagnosticados o están en alto riesgo de desarrollar la enfermedad. La diabetes mellitus tipo M II es la segunda causa de muerte en México y está entre las cinco principales causas de años de vida vividos con discapacidad. Puede presentarse antes de los 40 años, y quienes la padecen, pueden vivir con esta enfermedad muchos años. La muerte prematura representa el 72% de la carga de la enfermedad total por diabetes y afecta en mayor medida a la población entre 50 y 74 años de edad. Los años vividos con algún grado de discapacidad representan el 28% restante, pero afectan en mayor medida a las poblaciones entre 40 y 64 años de edad.
El EMD es una derivación de la retinopatía diabética, ya que ésta daña los vasos sanguíneos del ojo y permite que cierta cantidad de líquido se filtre por debajo de la retina, provocando que la mácula –la parte del ojo que provee una visión central clara– se inflame, nublando la visión de manera gradual e incluso es factor clave para desarrollar ceguera irreversible en un lapso menor de cinco años. Se estima que el 20% de la población con diabetes es afectado por el EMD, teniendo mayor prevalencia en pacientes con diabetes tipo dos.
La falta de un tratamiento adecuado para el EMD, puede repercutir severamente en la calidad de vida al ser un padecimiento altamente discapacitante pudiendo provocar ceguera total, así como problemas de ansiedad y baja autoestima al influir en el desempeño laboral y entorno social del paciente.
La detección del EMD se logra mediante un detallado examen visual que incluye:
- una prueba de agudeza visual;
- examen con dilatación de las pupilas
- y una tonometría –donde se utiliza un instrumento para medir la presión del ojo–. En este examen el especialista examinará la retina para detectar señales del padecimiento, por ejemplo, si los vasos sanguíneos del ojo tienen fuga de líquido y sangre y si existe inflamación de la retina.
Para evitar esta y otras problemáticas oculares, es indispensable que el paciente diagnosticado con diabetes acuda anualmente con un oftalmólogo desde que le es diagnosticada la enfermedad, a fin de contar con un tratamiento adecuado que le permita evitar cualquier riesgo de pérdida irreversible de la visión.
Sitios de interés
- Fundación Mexicana para la Salud A.C. (FUNSALUD) http://portal.funsalud.org.mx/
Referencias
- OMS, 10 DATOS SOBRE LA DIABETES http://www.who.int/features/factfiles/diabetes/facts/es/index1.html