Aunque la proporción de adolescentes y jóvenes que tuvieron su primera relación sexual antes de los 15 años de edad se duplicó de 2005 a 2010, al pasar de 3.5 a 7.1 por ciento -y de que está en más riesgo de contraer el VIH/Sida- las autoridades sanitarias les niegan información acerca de cómo prevenir la enfermedad.
Ana Cristina Villalobos, coordinadora del área de Prevención en la asociación civil Casa de la Sal, dijo que ello se debe a que entre las autoridades existe “miedo y una creencia falsa” de que la información acerca de cómo prevenir infecciones de transmisión sexual (ITS) provoca el inicio temprano de la vida sexual en jóvenes, adolescentes, niñas y niños.
La desinformación, advirtió, coloca a las y los jóvenes en más riesgo de contraer la enfermedad, sobre todo a las mujeres, quienes son dos veces más vulnerables a adquirir el virus.
En el país ni siquiera se mide el conocimiento que tiene la población de 14 a 30 años de edad sobre las formas de prevenir la transmisión del VIH, según el Informe Nacional de Avances en la Lucha contra el Sida 2012, elaborado por el Consejo Nacional para la Prevención y Control del Sida (Conasida), de la Secretaría de Salud (Ss) federal.
El documento refiere que las encuestas nacionales sólo registran comportamientos como la edad de inicio de la vida sexual.
En México 7.1 por ciento de las personas de 15 a 24 años tuvieron su primera relación antes de los 15 años en 2010, el doble de la proporción de adolescentes que inició vida sexual a esa edad (3.5 por ciento) en 2005, según la Encuesta Nacional de Juventud.
Villalobos indicó que “la tendencia de compartir su sexualidad a edades cada vez más tempranas”, sin información ni sensibilización sobre cómo evitar la adquisición del VIH/Sida, deriva en la propagación del virus.
“La ‘rejuvenización’ de la epidemia en México y, sobre todo, en países de América Latina, indica que esta población es la que está en más riesgo de contraer VIH”, afirmó.
Explicó que las jóvenes están en doble vulnerabilidad de adquirir la enfermedad porque “biológicamente (por la mucosa cervical) es más fácil que contraigan el virus, a que ellas lo transmitan a los hombres”.
A este factor se suma “la vulnerabilidad social, derivada del machismo y la desigualdad de género, que les implica a las mujeres un empoderamiento para pedir el uso del condón”.
Según el informe del Conasida, en el país tampoco se mide la prevalencia del VIH en jóvenes y adolescentes, ya que este indicador se recomienda cuando la epidemia es “generalizada”, y no cuando se concentra en ciertas poblaciones (hombres que tienen sexo con hombres y personas usuarias de drogas inyectables, entre otras), como ocurre en México.
No obstante, de los 153 mil casos acumulados de Sida en el país (de principios de los años 80 a diciembre de 2011), el 38 por ciento se registró en personas de 25 a 34 años de edad, y la principal vía de transmisión fue sexual, de acuerdo con ese documento.
Para poder prevenir la enfermedad y revertir la tendencia de “rejuvenización” de la epidemia, la información es fundamental. Sin embargo hasta ahora es una “tarea pendiente”, dijo Ana Cristina Villalobos.
En entrevista por separado, Nayeli Gutiérrez, de 20 años, estudiante de séptimo semestre de la licenciatura de Trabajo Social en la UNAM, considera que “sólo hay un bombardeo de ‘información’ sin orientación”.
Para la joven “el tema sigue siendo ‘tabú’, en la escuela si sabes de métodos y los puedes enunciar, suponen que ya sabes lo necesario, pero realmente no hay un conocimiento”.
Mientras que Ángeles Hernández, de 22 años, estudiante de Ciencia Política de la UAM, señaló que la información que ella recibió en las aulas “se enfocó a la parte reproductiva, pero en infecciones y VIH está limitada, hacen falta información y talleres”.
“En el IMSS te ayudan un poco, te dicen ‘si tienes vida sexual tienes que venir a realizarte el papanicolau, te dan tres condones y ya’”, lamentó.
Guadalupe Cruz Jaimes/ CIMAC NOTICIAS