Desde hace décadas, la vitamina D (VD) demostró su importancia en la salud ósea, y hoy día, hay suficiente evidencia que señala que buenos niveles de esta vitamina ayudan a prevenir otras enfermedades no relacionadas con los huesos. A pesar de ello, aún se desconocen todos sus beneficios y hay muchos mitos alrededor de ella.
En esta oportunidad compartimos tres de los mitos más comunes:
La vitamina D sólo es importante para la salud de los huesos
Si bien la función principal de la vitamina D es lograr que el calcio se adhiera correctamente a los huesos y dientes, ésta no es la única. Existe evidencia que la VD tiene un papel importante en la prevención de diversos padecimientos como: esclerosis múltiple, enfermedades autoinmunes, hipertensión, ataques al corazón, diabetes mellitus, enfermedades neuronales, psoriasis, asma y algunos cánceres, entre otros.
La alimentación es clave para tener niveles adecuados de vitamina D
En realidad, los alimentos sólo constituyen el 10% del aporte de vitamina D, la fuente más importante se obtiene cuando el cuerpo la produce mediante la exposición al sol.
Sin embargo, para llegar a niveles adecuados de vitamina D, se requiere tomar el sol todos los días, por lo menos 20 minutos entre las 10:00 y las 15:00 horas.
Lo cual dado el estilo de vida actual y que por la contingencia hemos permanecido más tiempo encerrados no es posible. Por tanto, “es fundamental acudir al médico para conocer nuestros niveles y en caso necesario suplementarse, pues seguramente la mayoría tendremos niveles inadecuados de esta vitamina”, comentó el Dr. Jorge Yamamoto, médico endocrinólogo.
La deficiencia de vitamina D sólo se presenta en personas adultas o mayores de 60 años
Estudios recientes han mostrado altas prevalencias (de 25 a 90%) de deficiencia e insuficiencia de vitamina D (niveles séricos de 25-OH-D <75 nmol/L) en niños, mujeres embarazadas y lactantes, adultos jóvenes y adultos mayores, no solamente en latitudes lejanas al ecuador, sino incluso, en lugares soleados como la Ciudad de México, California, Arizona, Florida, sur de Italia, India y países árabes.
Lo anterior, probablemente se deba a la resistencia por tomar el sol de manera voluntaria (mediante el uso de ropa o bloqueadores solares), además del bajo consumo de alimentos y/o suplementos ricos en vitamina D.
“La deficiencia de vitamina D debe tratarse con un médico especializado, quién deberá a través de análisis clínicos (examen 25-hidroxivitamina D) determinar el grado de deficiencia y recomendar las opciones farmacológicas más adecuadas, como el colecalciferol en monodosis, que ayuda a alcanzar los niveles óptimos de VD entre cinco y siete días, evitando la toma diaria”, comentó el Dr. Yamamoto.